jueves, 10 de marzo de 2011

Matar a un Millonario




Echo a correr por en medio de la calle. Como un pájaro borracho, rebotando en su jaula. Una comparación tonta. Corro como un mulo asustado al que persiguen con una tea encendida. Torpe , sudoroso, y sobre todo , lleno de miedo.

Llego a casa. Veo la fachada de siempre, pero me parece distinta. La llave abre la puerta sin problemas. Es mi casa. Leo mi nombre en los sobres de las facturas sobre la mesita. Y me resulta extraño. Vuelvo a leerlo y empieza a entrarme el recuerdo. Soy yo.

Entro en el salón. Una mujer lee un periódico sentada en bata en el sofá. Sin levantar apenas la vista de su lectura sus ojos me miran por un segundo. Es ella. Con un gesto del periódico, me indica que suba a la habitación de arriba. Subo por la escalera y ante la puerta de la habitación oigo un tic tac escandaloso. Es mi corazón. Deposito encima de la cama un montón de dinero que está ensangrentado. Me arrojo encima de la cama, atravesado. Apenas puedo ver el despertador en la mesilla. Sueño con dormirme de golpe. Sueño con no tener que dormir nunca más.

Respiro pesadamente. Una y otra vez. Una y otra vez.


10 de Marzo de 2011

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