domingo, 30 de enero de 2011

Ruinas




Me gusta cuando os cabreáis. Cierto es que cuanto más, mejor. Como monos. Es que esa una prueba evidente de que no habéis entendido ni Jota. Ni una jodida Jota.

De lo que se trata, almas de cántaro, es de olvidaros de vuestras querencias, de vuestros gustos, y de hasta de vuestros instintos. ¿Difícil, eh?

Pues claro que es difícil. Pero de otra manera, todo lo que expreséis son cánticos en el gallinero.

Y Nada Más.


(En las ruinas de Pompeya)


30 de Enero de 2011

viernes, 28 de enero de 2011

La Competencia




Miro a mi alrededor. Cano está situando sus obras. Antes le he visto cargando con no menos de 5 lienzos. Al óleo. Que es lo que le gusta a Cano. Cuantas veces le he visto despreciando el acrílico con un ostensible balanceo de la cabeza. No hay quien le convenza. Pero no es sólo los materiales donde es un apegado, qué va. Insiste en el trazo realista, casi hiperrealista. Así se tira tanto con cada cuadro, el muy pesado. Además se cree que está por encima de los demás, como si el resto hiciéramos mierdas. Seguro.

He encontrado una zona buena para colgar los míos. Muchos me dicen que eso no son cuadros. Que ni siquiera es pintura. Que sabrán. Acaso se creen que por utilizar material de reciclado no puedo componer obras tan bellas como las de cualquiera. Que más da que utilice trozos de cable eléctrico, corchos de botellas, tapas de plástico o cualquier porquería que encuentro en la basura. Decirme si éste, por ejemplo, ‘lamento de un amanecer’ no es una maravilla que cada vez que lo miro se me encoge el corazón un poquito. Aunque huela un poco como a queso caducado. Tampoco las obras de arte son perfectas.

Me doy la vuelta y Cano está detrás de mí. Mira a ‘lamento’ apenas un segundo y se va meneando la cabeza de vuelta a la pared donde tiene colocados los suyos. Camina más feo, el pobre sobre sus cuatro extremidades. En la puerta ha aparecido Jena, una de las cuidadoras. Cano la ve y da un volatín.

Encima es un pelota.


28 de Enero de 2011

martes, 25 de enero de 2011

Aventura en el Peligro




“ - Lo que estás deseando en verdad, es volverte loco.

- Puede. Lo que sea para escapar a esta rutina devastadora. Inventarme otra vida, otro respirar. Una forma distinta de vivir.”

Cierro el libro, y dejo el diálogo. Mariano sigue mirando el futbol en la tele. De vez en cuando se da palmetadas en las rodillas. Nada entretenido de ver.

Cojo el teléfono para llamar a Lourdes. Por el auricular oigo la mierda de música de espera que ha puesto, con el fondo de los pitidos de la llamada hasta que salta el buzón. No le dejo mensaje. No sé para que la gente tiene teléfonos si luego no le cogen ni a su madre.

Me meto en la cocina a hacerme un café. Mariano asoma un momento por la puerta. No dice nada pero pone la cara de ‘¿otro?’, pero ni se molesta en discutir el asunto. Hace días que tengo un dolor muy raro en la pierna. No he dicho nada a nadie, supongo que esperando que se vaya como vino, pero no lo hace. De momento se puede aguantar, ya veremos.

Enciendo la tele de la cocina y pongo un canal. Hablan de deportes. Cambio a otro. Este es de sucesos. Siempre están con lo mismo. Muertos, accidentes, robos, más muertos y alguna muerta. Estas suelen ser violadas primero. Me divierte el tono de pasmo que se emplea para narrar los casos. Deberían estar tan acostumbrados como para que sonase como la lotería de Navidad. Se lo dije una vez a Mariano, y me miró como si estuviese loca.

Oigo un golpazo en el comedor. Mariano se ha caído del sofá.

Le ha tirado un gol al suelo.


25 de Enero de 2011

lunes, 24 de enero de 2011

Precauciones y Misterios



“¿Qué te ha parecido?”


Me mira ávidamente. Con lo que yo creo que es una mirada ávida, aunque sus pequeños movimientos me revelan, que su actitud puede ser también divertida. Soy muy devoto del lenguaje corporal, y la verdad es que sus revelaciones suelen ser acertadas. Cuando no das con un actor, claro.

“ a ver… ¿ esto va en serio? : .. no podemos suponer a qué sabe una cosa hasta que no lo comprobamos por nosotros mismos, nuestras madres no se cansaban de decirlo cada vez que nos ponía algo distinto en la mesa”

“Pues claro, eso es cierto, ciertísimo.”

“Con ese planteamiento puedes probar tranquilamente ácido sulfúrico, porque hasta que no experimentes por ti mismo como te quema la boca, pues no hay problema.”

“No me tergiverses, que yo estoy hablando de cosas comestibles, no de venenos.”

“Ya, ya veo ..

“Y, además que no se trata del sabor. Se trata de que es una tradición alimentaria, una tradición milenaria. Y sabes que eso también es cierto.”

“Lo que pasa es que para que destaques tienes que ir más allá que los demás. Y te importa un comino cual es el tema”

Esto último le enfada, visiblemente. El lenguaje corporal no engaña: se encoge, y eso es que ha acusado el golpe. Pero por poco tiempo.

“Cómo que tú no comerías carne de un muerto si no tuvieras absolutamente nada más”

“Claro, claro. Tu siempre tienes razón”

Y lo malo es que es verdad.


24 de Enero de 2011

sábado, 22 de enero de 2011

Abandonad toda Esperanza




Somos todos unos esclavos. Máquinas andantes, sufrientes, desprovistas de la verdadera vida. Esperando como piedras en el camino que os llegue el final.

Os copiáis unos a otros las formas de ser infelices. Es decir, las maneras de entreteneros hasta que se acabe la cuerda. Y no os queda otra que poneros una venda. Cualquier cosa que os evite pensar en este destino que os aguarda, y os aguarda, y os aguarda…

*******


Doblo el papel, y se lo devuelvo a Eulalia. Ella me mira fijamente aguardando mi reacción.

“ Y, ¿ dices que esto te lo leía tu padre el día de tu cumpleaños?”

Ella sonríe. Se guarda el papel en el bolso y responde: ‘cada uno de ellos’

Después me da un rápido beso, y rompe a reír.

21 de Enero de 2011

martes, 18 de enero de 2011

Seres Imaginarios de Ayer y Hoy (4)




Temerosos de Paraísos Extraños



“Siempre me ha parecido un tío aburrido, además. Olvídalo.”

Me ofrece un cigarrillo que rechazo con un gesto. Ya hace medio año que no enciendo un puñetero cigarro, pero sigue ofreciéndome cada vez que ella enciende uno. No sé si es que es de escasa memoria o quiere tentarme. Seguramente lo segundo.

“¿Entonces qué hacemos? ¿Se lo devuelvo?”

Me responde con un gesto que lo dice todo. Dice ‘¿tú que crees?’. O también,’ si te parece nos hacemos un piano con lo que sobre’. Algo sarcástico en todo caso, porque no quiere hablar ni un segundo más del tema. Pero quiere que sea yo el que cambie la conversación, el que cambie el mundo.

Se levanta. Cambia de idea y vuelve a sentarse. Veo su cara apenas ajada intentar dibujar una sonrisa conciliadora que me haga imaginar que habrá algún tipo de compensación. Pero no ahora mismo.

“No hace falta que vayas. Que se venga él. Seguro que le pueden acercar, y listos”

Ahora tengo ganas de encender ese maldito cigarro, por una razón. No decir ni una palabra hasta acabar de fumármelo. En plan tío duro que no sufre una mierda porque le quiten el juguete de las manos. Giro la cabeza y miro por la ventana. Un último vistazo al coche rojo que aguarda afuera bajo la lluvia.

Las gotitas de agua lo cubren como un manto divino. El ruido que producen es estremecedor.



18 de Enero de 2011

lunes, 17 de enero de 2011

Todo es Irreal(*)



Señores y señoras. Todo es una farsa. Tal vez hayan creído durante estos últimos meses que les está escribiendo desde esta página una persona. Una persona cultivada, de exquisitos gustos artísticos. Con sensibilidad suficiente para elegir temas musicales que, como por ensalmo encajan en sus estados anímicos. Que selecciona videos con el punch necesario para hacerles reír, llorar o mearse de indignación, en este orden o en el contrario. Pero nada de eso es cierto.

No existe tal persona.

Aquellos de ustedes lo suficientemente perspicaces como para haber puesto mi nick en el Google, probablemente habrán sido sorprendidos por el conocimiento de que mi nombre procede de un explorador inglés que desapareció en la Jungla Amazónica a principios del siglo pasado. Qué poético. Lo de utilizar ese nombre, haciendo ver que la utilización de esa identificación devuelve al perdido héroe a la actualidad cibernética. Es más, algunos de ustedes habrán pensado que los dedos de la persona que escribe bajo tal seudónimo, han de ser los de una persona romántica, sensible y delicada, pero a la vez con un espíritu con carácter, fuerte y resolutivo.

Cómo han podido engañarles, amigos …cómo ..

Evidentemente, el parapeto que le proporciona la pantalla le ha ayudado en grado sumo. O mejor dicho, tal vez debería decirse, ‘les’ han ayudado.

La verdad siempre acaba por aflorar, aunque para ello tarde un segundo o mil años. Y ésta es que no soy una persona.

Soy varias.

Todas ellas han ido publicando comentarios, respuestas, videos, canciones, mensajes, a turnos. Alimentando la personalidad virtual de P.H. Fawcett, y creando la ilusión de la existencia real del propietario del perfil.

Muchos se preguntaran que cuál es el sentido de tal,…, ¿ejercicio?, ¿prueba?, ¿reto?. De momento, no será desvelada.

La vida sigue, y seguimos ignorando en que sentido

17 de Enero de 2011


(*) Aplíquese a sí mismo.

jueves, 13 de enero de 2011

Novatos




Ahí va el Remolón. A hacer el tonto. No se lo habremos explicado cantidad de veces sus padres y yo. ¿Lo veis? , justo lo que decíamos. Tiene que volver y esperar con lo demás.

Además, el Sol está justo en la dirección en la que sopla el viento. Deslumbra un montón, lo que faltaba, vamos. Pero no queda más remedio que irnos todos valle abajo. No queda apenas comida en esta parte, y hay que probar suerte en otro sitio. Además hoy no hace mucho frío para la altura del invierno en que estamos metidos. Por eso hay que aprovechar, y moverse.

Moverse rápido.

Pero está difícil la cosa. Cuesta un esfuerzo enorme y …¡ahí va ese idiota otra vez!. Voy a tener que ponerme delante, para no dejarle salir. Antes de que se agote del todo y la líe parda. Claro que los demás le dejaríamos tirado. Si no lo sabe, se lo puede ir imaginando. En invierno no te puedes andar con tonterías. Te la juegas, bien jugada.

Ha bajado un poco la fuerza del viento. Este es el momento. Me pongo delante de Remolón, para enseñarle de una vez cómo se hace esto.

Remonto el vuelo. Mis alas van a mil por hora. Por un instante vuelo marcha atrás, pero sé que durará un poco. En efecto, el viento cede. Me lanzo en un suave picado y planeo una buena tirada, valle abajo.

Mis plumas sonríen por mí.


13 de Enero de 2011

martes, 11 de enero de 2011

Seres Imaginarios de Ayer y Hoy (3)




Perturbados llenos de ruido.


‘Es usted un enfermo mental’.

El tipo repantigado al otro lado de la mesa sonríe por encima de su enorme bigote de morsa. Clarisa me ha advertido que estoy soñando, pero el tipo sigue con su discurso.

‘A nosotros no nos engañas. Quiero decir al equipo y a mí, claro. Estás como una chota. Ahora mismo crees que lo estás soñando todo porque te lo ha dicho tu hermana. Pero en realidad, tu hermana es mi mujer. Te la presenté hace un mes, pero eso no lo recuerdas’.

Me fijo por primera vez en la ropa del bigotudo. Lleva una chaqueta verde, horrorosa, y supongo que calcetines a cuadros para que peguen con semejante chaqueta de delirio. El tipo coge un bolígrafo ridículamente grande del bolsillo delantero de la chaqueta y empieza a escribir en un cuadernito de hojas amarillas.

‘Te vas a tomar esto que te pongo, sí o sí. Y da gracias a que no te interno con carácter inmediato. Me caes bien después de todo. Ya me he olvidado del mordisco que me diste en el brazo’.

El bigotudo se arremanga con un gesto rapidísimo el antebrazo derecho para mostrar una enorme mancha de betadyne . El gesto es tan cómico que se oye un estallido de risas.

Como una ola, la carcajada recorre el patio de butacas.

11 de Enero de 2011

lunes, 10 de enero de 2011

Seres Imaginarios de Ayer y Hoy (2)




Apartadores de Miserias
.


[Aguardo por unos instantes a que me llegue la inspiración. Ya está. Empieza el viaje]

Carol se sube la falda de uniforme. Faltan doce días para que cumpla catorce años. La falda plisada subida cerca de las axilas simula una minifalda de tela escocesa. Entre los brazos cruzados a través del pecho sujeta dos carpetas forradas de fotos plastificadas con los cambiantes ídolos de moda. Carol entra en la tienda de chuches. Sale cinco minutos después mascando algún tipo de porquería para niños admisible por paladares adultos.

Se acerca a la calle de su casa. Empieza a llover repentinamente. A cántaros. En menos de medio minuto el agua lo inunda todo, aceras, calzada y farolas que rezuman agua por su piel metálica. Carol intenta guarecerse bajo el alero de un edificio. Sin éxito. Cortinas de agua enfurecida barren hasta la pintura de la fachada. Carol se pone las carpetas sobre la cabeza, pero al instante renuncia a empapar las fotos y vuelve a apretar las carpetas contra su pecho. Esta vez más fuertemente. Y echa a correr calle abajo. Cada pisada levanta salpicaduras sobre la capa de agua de la acera. Carol no lo nota porque los mechones apelmazados por la lluvia se le estrellan sobre los ojos y fija su concentración en apartarlos de la cara con bruscos movimientos.

Llega al portal. A través del cristal de la puerta ve a un vecino que no se atreve a salir. Le abre la puerta y Carol entra disparada en el portal, envuelta en una bola de humedad. Sin detenerse entra en el ascensor que la aguarda con las puertas abiertas de par en par. Suelta las carpetas y se da la vuelta mirando al exterior para encontrarse con la mirada hipnotizada del vecino. Con suavidad y energía, pulsa el botón de su planta. Mientras se cierran las puertas, sostiene la mirada del vecino.

En su cara empapada, se dibuja apenas una sonrisa. Apenas.


10 de Enero de 2011

domingo, 9 de enero de 2011

Seres Imaginarios de Ayer y Hoy




Visionadores del futuro.


Hoy estoy flojeras. Esta cuesta no es para tanto. Un poco pesada si, pero la subo tres o cuatro veces a la semana. Igual es la edad. No, que puñetas, que va a ser la edad. Es el día tan gris y desagradable. Eso. Y lo vacío que están las calles, no ayudan. Para nada. Esta misma cuesta, con gente arriba y abajo, es la mitad de cuesta. Todo el mundo lo sabe, o debería saberlo.

Espera, ahí arriba se ven dos personas. Una parejita de vejetes. No demasiado vejetes, porque esos no bajarían por aquí, para luego, a la vuelta tener que subir la cuesta. Pero de todas maneras se les ve cascados, de lejos.

Un momento. Él me suena. Sí, uno de los del colegio. Si, el psicólogo. Entró en los últimos años que estuve, los dos últimos, no más. Ya entonces, nos parecía mayor el hombre. Ahora mucho más. Recuerdo que vino con su mujer, una impresionante rubia que traía a todo el alumnado loco. Al de un tiempo tuvo un accidente de tráfico. Una bofetada buena, puesto que volvió en silla de ruedas, primero, y muletas, después. Era impactante ver una chica tan guapa arrastrarse con las muletas, con las piernas visiblemente muy tocadas, pero sin perder la sonrisa. En un microsegundo se me aparece su cara tan agradable enmarcada por la melena rubia.

Al hombre le acompaña una mujer, entrada en años. Lleva el pelo corto, rubio. Cuando están a mi altura, me fijo en el rostro de ella. Al punto, me da un vuelco el corazón. Es ella, su rostro está deformado y sus piernas curadas, pero aún tiene esa mirada.

Sigo andando sin mostrar el menor reconocimiento. Ellos hacen lo mismo.


9 de Enero de 2011

martes, 4 de enero de 2011

La Terracita



Consuelo nos está retrasando, como siempre. No sé que vamos a hacer con esta mujer. Toda la vida igual. Anda, ve a llamarla, cariño. Te esperamos en la esquina.

Jena, se larga corriendo como un gamo. La vitalidad de los once años. Creo que por el nervio que tiene nos negamos a llamarla por su nombre completo. Jimena suena demasiado reposado. Y serio.

Hace frío esta mañana, como corresponde al centro del invierno, pero menos que ayer, que te cortaba la cara en cachitos pequeños como granos de arroz. Eso sí, nada de sol.

En la esquina de la placita está Damián. Sólo y vestido de elegante. De tiros largos se podría decir si fuera una dama, y si no te oyera, porque sería capaz de arrancarte el alma de la leche que te metería. Es un animal. Noble, pero de los que no hay que provocar. Le saludo sin hacer la menor mención a su indumentaria. Esto es, un par de gruñidos que más o menos quieren decir, buenos días y qué tal.

Jena aparece de inmediato. Dice que ahora viene Consuelo, se da la vuelta y desaparece en menos de dos segundos. Le pregunto a Damián si va a venir su hija con las niñas. Niega con un gesto de vergüenza, añadiendo entre dientes que tiene algo que hacer en la capital. Renuncio a preguntarle que tiene que hacer tan importante. No vale la pena restregárselo, porque el pobre ya pasa mal trago ahora mismo. Un par de minutos de silencio y aparece Consuelo, con Jena pegada a sus faldas.

Los cuatro cruzamos la placita. Componemos un grupo un tanto extraño, supongo, si se nos mira de lejos, y si no se nos conoce. Apenas hemos andado quince metros, y Consuelo anuncia con una sonrisa que nos sobra tiempo , que acaban de llamar a casa , y que ahora nos sobra media horita. Propone que nos sentemos en la terraza del Círculo, que está a treinta metros, un rato. Damián y yo no ponemos buena cara, pero accedemos y nos sentamos en la mesita. Consuelo se desploma en la silla sonriendo. Jena da vueltas a la mesa. Primero en un sentido, y luego en el contrario.

Roberto, el camarero del Círculo sale a atendernos. Pasa un trapo grimoso por encima de la mesa. Toma nota del café descafeinado que pide Consuelo. Damián duda antes de pedir un vino blanco. Yo pido una bolsa de patatas para Jena y un café solo para mí.Roberto pasa otra vez el trapo por encima de la mesa. Dice que va a traer un cenicero, que podemos fumar en la terraza. Consuelo dice que eso era lo que hacía su hermana, la abuela de Jena, antes de pillar el cáncer de pulmón. Que no dejaba pasar ocasión. Y que dentro de media hora íbamos a asistir a su funeral. Roberto duda, y tras un par de pasos en falso se va sin traernos el cenicero.

Jena sigue dando vueltas a la mesa. Ahora para la derecha, luego hacia la izquierda.


4 de Enero de 2010

domingo, 2 de enero de 2011

Expectaciones



Pues a mí , Amanece que no es poco, no me gustó nada. Todo el tiempo diciendo imbecilidades. Y lo demás no tenía sentido.







Y dándoselas de cultos, no te olvides ... - apostillo con una sonrisa. La sonrisa no encaja del todo, ya , pero me gusta dejar algún detalle sin acabar. Me mira con cierta complicidad, aunque todavía no está commpletamente segura de que estoy de su lado.







Es que parece que si no te gusta eres un memo o algo así ..







Afuera está el cielo supergris. Bonito comienzo de año. Claro que todavía no cae agua, ni nieve, ni nada. Y eso está bien. Quedan dos horas para la comida , y eso es muy largo.







Yo creo que es la fama. Se pone una cosa de moda , y listos. Da igual lo que sea, que como coja fama. .. Mira la Carbonero. Pues no es tan guapa como dicen, y mírala, mírala ...







Antes de replicar saco el paquete de tabaco del bolsillo, maquinalmente. Me detiene su mirada , que esta vez es divertida. Hace ya un día que no se puede fumar en las cafeterías. Vuelvo a guardar el paquete de cigarrillos en el bolsillo. Se me ha ido el santo al cielo , imagino que a fumarse allí el maldito cigarro, supongo.







Je, je , hasta que te acostumbres ... luego , como todo...







Es verdad. La única y auténtica verdad . La costumbre es todo. Pero todo, todito ...











2 de Enero de 2011
 
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