martes, 25 de enero de 2011

Aventura en el Peligro




“ - Lo que estás deseando en verdad, es volverte loco.

- Puede. Lo que sea para escapar a esta rutina devastadora. Inventarme otra vida, otro respirar. Una forma distinta de vivir.”

Cierro el libro, y dejo el diálogo. Mariano sigue mirando el futbol en la tele. De vez en cuando se da palmetadas en las rodillas. Nada entretenido de ver.

Cojo el teléfono para llamar a Lourdes. Por el auricular oigo la mierda de música de espera que ha puesto, con el fondo de los pitidos de la llamada hasta que salta el buzón. No le dejo mensaje. No sé para que la gente tiene teléfonos si luego no le cogen ni a su madre.

Me meto en la cocina a hacerme un café. Mariano asoma un momento por la puerta. No dice nada pero pone la cara de ‘¿otro?’, pero ni se molesta en discutir el asunto. Hace días que tengo un dolor muy raro en la pierna. No he dicho nada a nadie, supongo que esperando que se vaya como vino, pero no lo hace. De momento se puede aguantar, ya veremos.

Enciendo la tele de la cocina y pongo un canal. Hablan de deportes. Cambio a otro. Este es de sucesos. Siempre están con lo mismo. Muertos, accidentes, robos, más muertos y alguna muerta. Estas suelen ser violadas primero. Me divierte el tono de pasmo que se emplea para narrar los casos. Deberían estar tan acostumbrados como para que sonase como la lotería de Navidad. Se lo dije una vez a Mariano, y me miró como si estuviese loca.

Oigo un golpazo en el comedor. Mariano se ha caído del sofá.

Le ha tirado un gol al suelo.


25 de Enero de 2011

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