jueves, 30 de septiembre de 2010

Respiro



Ud. está aquí.


El cartel de información lo dice bien claro. Estoy dentro de un enorme parque comercial. Buena información, pero ya lo sabía. Gracias, de nada. La educación lo primero.

Pasa un crío de pocos años. En su manita lleva la inevitable bolsa de gusanitos, o lo que sea. Los come con fiereza, sin atisbo de una mínima sonrisa. De repente se detiene y me ofrece uno. Dudo en cogerlo. No quiero que me tomen por lo que no soy. Pero vete a saber si es que lo aparento.

Tengo que salir de aquí. La musiquilla ésta me marea lentamente. Vuelvo a mirar el cartel de información. Ya lo tengo, es por la derecha. Un minuto más tarde estoy apoyándome en una farola del parking. Como si me hubiese dado un síncope basal, pero estoy perfectamente.

Observo a la gente. Todo el mundo carga los automóviles con las compras muy lentamente. Como si les diera lástima tener que abandonar el lugar. Y esperar una semana entera a volver. Unas 160 horas, que a éstas personas les debe de resultar angustiosas. Terrible.

Miro a derecha y a izquierda buscando un pasillo lo más central posible entre las filas de coches. Tras un rato, decido que el pasillo L 3 es el más adecuado. Empiezo a andar por uno de sus extremos. En el bolsillo de la chamarra tengo las llaves que he encontrado hace 10 minutos tiradas en una esquina del hiper. Con mi pulgar pulso continuamente el botón de apertura. Giro la cabeza a derecha e izquierda esperando ver parpadear los intermitentes de algún coche.

Cruzo dos veces la explanada por distintos pasillos. Al empezar el tercer pasillo un todoterreno enorme responde a la llamada de la llave. Me paro y vuelvo a pulsar el botón para confirmarlo. El coche me responde obediente. Abro la puerta del conductor. El interior exhibe un lujo asiático, de esos que dicen full equipe. Lo contemplo durante un par de minutos. Pienso en la clase de tipo que debe de ser el dueño. Pero sólo puedo estar seguro de una cosa.

Es despistado.

Con un suspiro dejo las llaves encima del asiento, cierro la puerta y me voy.

30 de Septiembre de 2010

miércoles, 29 de septiembre de 2010

La Cuestión Fundamental


Es cuestión de escala. No de volumen. A ver si lo entiendes de una repajolera vez.

Carlos saca la cabeza de debajo de los bajos del camión. Su cabeza ha sido precedida por una enorme llave de carraca. La cabeza está tiznada del polvo adherido por mil caminos a los pasos de rueda.

Pero tú que quieres decir que es, grande ¿o gigante? ¿Es esa la diferencia? Porque yo no la veo..

Carlos formula la réplica rascándose la cabeza con la llave. Acto seguido vuelve a sumergirse en las tripas del monstruo mecánico arrastrando la llave tras de sí.

Un millón de alfileres son muchas alfileres, pequeñas, eso sí. Pues esto sería un millón de clavos, en lugar de alfileres ..¿Lo pillas ahora?

Carlos ruge debajo del camión. No se entiende, pero cualquiera se lo hace repetir. Dos segundos después se oye un sonido metálico. La llave ha resbalado alcanzando el brazo de Carlos. Vuelve a salir de debajo del camión con un arañazo que le va desde a la muñeca al codo. Sanguinolento.

Me has distraído y mira lo que pasa ..

Carlos coge del banco de trabajo un trozo de estopa sucia y grasienta y se restaña el arañazo con él. Me acerco y le ofrezco un cigarro. Lo coge pero al llevárselo a la boca se da cuenta de que es rubio. Lo sostiene con disgusto mientras lo enciende con el fuego que le ofrezco.

Escucha chaval, vamos a dejar las cosas claras, que a mí no me va de ser romanticón ni hostias, con eso que me ofreces ¿Cuánto se gana al mes?

29 de Septiembre de 2010

CAPITAL PARA LA GESTIÓN DE LA VIDA


¿Quieres escucharme de una vez?

Levanto un poco la vista del monitor. Sin mover ni un músculo de más. Ella me mira con odio evidente. Más aún cuando comprueba que voy a prestarle una atención mínima.

¿Me estás escuchando? Deja el puto ordenador de una vez…


Ha empleado la palabra puto, y eso es una advertencia clara. Procedo a cerrar la tapa del portátil para que éste entre en hibernación. Me echo hacia atrás en la silla, pero continúo en silencio.

Te he preguntado ya no sé cuantas veces si vas a venir a la clínica..


A partir de ese punto pierdo el recuerdo de sus palabras. Sé que continuó un buen rato. Sé que estuvo hablando de dinero. De la casa de la playa. Y creo que también de gastos. Todo eso lo veía, no lo oía. Como entre sueños ahogados por oleadas de asco.

Pasado un rato percibo que ya no dice nada. Vuelvo a abrir la tapa del ordenador, pero sigo mirándola a ella. Digo que me parece bien, sin más. Pero no parece contentada. Se me plantea el problema de que añadir. Pruebo, con un ‘ ¿no es lo que querías?’. Funciona. Ella sale del cuarto.

Me fijo en la pantalla del ordenador. Tengo varios mensajes y unas cuantas notificaciones. Eso me indica que ha transcurrido más tiempo del que creía. La web se bloquea. Pruebo con otra. Igual. Al mismo tiempo Ella entra en el cuarto con el router en la mano. Sin detenerse, abre la ventana y lo tira.

Yo no reacciono. No reacciono más allá de volver a cerrar la tapa del ordenador. La miro plantada frente a mí con los brazos en jarras. Primero pienso en matarla de un modo instantáneo. Segundos más tarde bajo la cabeza. Las lágrimas resbalan por toda mi cara.

29 de Septiembre de 2010

martes, 28 de septiembre de 2010

Proyecto para la Eliminación de la Memoria (y 3 )


[ … carraspeo …IBE 745 tome R2 y T2 y aguarde para 25L.. carraspeo .. carraspeo ]

Hace veinte minutos que estoy dentro del avión. Nada más entrar le he dicho a la azafata que tengo un miedo horroroso a volar. Ella se ha ido pero ha vuelto de inmediato. Dice que le acompañe a la cabina. Que está muy prohibido pero que es lo mejor cuando se tiene miedo a volar. También que el capitán es ‘muy enrollado’, y que es él el que tiene la última palabra.

La azafata teclea un código en la puerta de la cabina para abrirla, y después despliega un asiento abatible. El capitán es un hombre mayor, que muy risueño me da la bienvenida y me dice que ‘ esto no es nada, mujer, como comerse un helado…hablando de helados ¿ nos queda alguno, Maite..?’.

El copiloto es mucho más joven, no más de 25. Apenas me saluda pues está liado con papeles y hablando por la radio. En conjunto, todo es muy impactante, con todas esas pantallas digitales destellando, y los ruidos y los olores extraños. Todo ello debería substraerme por completo. Sin embargo, mientras los pilotos van leyendo sus listas al tiempo que el avión va moviéndose pesadamente por las pistas de rodadura, pienso en Damián.

[ carraspeo … IBE 745 va usted detrás del Delta viento 280/10 proceda a CASPE a cinco cero cero , .. carraspeo ]


Y tendría que pensar más en Ron que en Damián. Sólo porque es más fácil. Al fin y al cabo, los perros son más sencillos que las personas. El capitán se gira y me dice que tenemos que esperar unos minutos antes de despegar porque el avión que acaba de salir, un 757, crea unas turbulencias tremendas que nos podrían poner ‘mirando a Cuenca’. Lo dice todo de carrerilla y sin dejar de sonreír. Mientras esperamos vuelve a entrar la azafata con un helado de bombón en la mano que me ofrece. Los pilotos bromean un rato con ella, más que conmigo.

[ carraspeo … IBE 745 cleared to take off ,two eighty ten cleared CASPE FL 500 , carraspeo …adios ]

El copiloto repite lo que dice la radio como un loro, incluso el adiós final, mientras el avión se alinea con la pista y se detiene. Los pilotos leen en inglés otra lista comprobando cosas hasta que parecen conformes. Entonces el capitán se gira hacia mí, y con una sonrisa pícara exclama:

¡¡ RockanRoll!!

28 de Septiembre de 2010

lunes, 27 de septiembre de 2010

Proyecto para la Eliminación de la Memoria(2)



Me acerco a la panadería. Bueno, panadería era antes. Ahora venden de todo, o poco les falta. Viagra, creo, aunque he oído que no sé donde se va a vender en los supermercados. Compro un par de bobadas que no necesito, pero es que quiero que me vean comprar como siempre. Como si nada.

Me atiende la chica jovencita. La viejota de toda la vida ya no está. Se supone que estará en una residencia de esas espantosas, donde no estás criando malvas, pero que casi es peor. Si lo pienso me pongo mala. Pago y me voy a la calle.

Ron me espera atado a la farola. Por un segundo pienso en dejarle ahí mismo. Pero los de la panadería que ya no lo es, me conocen a mí y a Ron de sobra. Suelto a Ron y nos dirigimos a casa. Evito pasar por la placita cuadrada. Suele estar llena de jonatans y chonis poniéndose ciegos a porros. No se suelen meter con la gente si están con las manos ocupadas liando. A veces puedes ver a más de diez liando a la vez, como un pelotón de menesterosos.

Suena mi móvil. Antes de cogerlo miro a ambos lados. Nadie parece fijarse en mí. Silencio el tono de llamada y acto seguido lo tiro por la boca de una alcantarilla. Se me ocurre pensar en el susto que se darán las ratas cuando vuelvan a llamar, porque supongo que pueden oír la llamada. Y si no, seguro que notan la vibración. Son unas tías muy listas.

Entro en la sucursal de la esquina. Le cuento al cajero lo primero que se me ocurre. Que la pasta es para comprar un coche de segunda mano. Al decir lo de ‘segunda’, bajo la mirada como avergonzada. El cajero no me pregunta nada más.


27 de Septiembre de 2010

domingo, 26 de septiembre de 2010

Proyecto para la Eliminación de la Memoria (1)


Hacer eso es como gritar por la ventana que estamos locos a los cuatro vientos.

Bueno, que otra cosa iba a decir Damián, siempre preocupado por el qué dirán. El qué dirán los demás porque no se da cuenta de que su propia opinión no le importa un carajo al prójimo. Y tampoco sacar a pasear a Ron. Siempre tengo que ser yo la que lo hace.

Voy a sacar al perro. Hasta luego.

Cojo la correa y abro la puerta. Ron sale detrás de mí, lo que es raro según me dicen otros dueños de perros. Que suelen salir disparados por la puerta, los primeros. Será que Ron no quiere salir del todo de casa. A lo mejor prefiere quedarse y descojonarse de Damián sin que nadie se dé cuenta. Porque quién iba a sospechar de él.

En el parque están los perros de siempre, más o menos. Y sus dueños. A veces tengo la impresión de que algunos de ellos son paseados por sus perros. Que son ellos los responsables de sus tristes figuras humanas. Y hasta que les parece una pesada carga a depositar sobre sus cuatro patas, pero no les queda otro remedio. Como a todo el mundo.

Ron se ha acercado al bulldog francés de la chica esa tan chispeante. Hacen buenas migas. Yo no puedo decir lo mismo de su dueña. Bueno, la chica saluda con simpatía y eso, pero yo le noto que no está del todo a gusto. Igual son figuraciones mías. O no, puesto que me he dado cuenta de que no le hace carantoñas a Ron. No es buena señal ¿no?

La chica ata a su bulldog y se retira explicando que tiene que estudiar. Sujeto a Ron para que no se vaya con ellos. Después me doy cuenta de que no le he dicho adiós a la chica. En fin, tampoco sé cómo se llama aunque la habré visto más de 50 veces. Así que no puedo gritarle, ‘adiós, Luisa-Rosa-Laura-como-se-llame’.

Y, mira, esta vez me da pena.


26 de Septiembre de 2010

viernes, 24 de septiembre de 2010

El Aullido de los Muertos



Albert levanta la mano reclamando atención.
- Yo tengo uno, es un poco largo ..pero ..
- Dale, dale le responden casi al unísono :
- Es de curas y monjas , a ver, va así :
- “Se pierden un sacerdote y una monja en una tempestad de nieve.
Después de un rato, llegan a una casita. Sintiéndose agotados, se prepararon para ir a dormir. Había una pila de mantas y un saco de dormir en el suelo pero solamente una cama. Siendo un caballero, el sacerdote dijo:
- -Hermana, usted duerma en la cama. Yo dormiré en el suelo en el saco de acampar. Inmediatamente que el se mete en el saco y sube la cremallera para cerrar el saco de dormir comienza a quedarse dormido y la monja dice:
- - Padre, tengo frío."
El cura baja la cremallera del saco de dormir, se levanta, busca una de las mantas y cubre a la monja con ella. De nuevo, el cura se mete en el saco, sube la cremallera y comienza a cerrar los ojos para dormir cuando la monja dice de nuevo:
- Padre, sigo teniendo mucho frío.
El sacerdote desabrocha el saco, se levanta otra vez, busca otra manta, la pone sobre ella y se mete en el saco de nuevo.
Apenas sus ojos se cerraron, ella dice:
- Padre, me estoy congelando..."
Esta vez, el permanece allí y dice:
- Hermana, tengo una idea. Estamos a millas de cualquier ser humano, alejados completamente de la civilización. ¿Por que no hacemos como si fuéramos marido y mujer?
- Por mi no hay problema- contesta la hermanita con voz coqueta.
A lo que el cura responde bramando:
-¡Pues levántate de la puta cama y busca tu propia manta!”

Hay risas abundantes. Albert piensa que tal vez el alcohol consumido previamente significa un 30% más de éxito. Por lo menos. Y, cosa rara en él, se acuerda de otro.

- A ver que os parece éste otro:

Entra un ladrón a una casa, estaban las luces apagadas.
Mientras busca como encenderlas siente una voz que dice:
-"JESUS TE ESTA MIRANDO".
No le dio importancia, le pareció producto de su imaginación, al rato:
-"JESUS TE ESTA MIRANDO".
Ya un poco más asustado logra encender las luces, se da vuelta, y se encuentra con un loro.
-"JESUS TE ESTA MIRANDO".
-"ERAS VOS EL QUE HABLABA, COMO TE LLAMAS?",
Y el loro le contesta: -"PEDRO".
El ladrón le dice:
-"QUE NOMBRE RARO PEDRO PARA UN LORO", y el loro le dice:
-"MAS RARO EL NOMBRE JESUS PARA UN DOBERMAN".

Las risas se redoblan. Albert se acuerda de un tipo que decía saber de esto. ‘De más largo a más corto’, aconsejaba. Y, ahora a rematar con el del Titanic.

- El último, y le paso ya el turno a otro:

Se hunde el Titanic. El capitán le dice al contramaestre:
- Venga, coja ese pico, rompa la ventanilla, y larguémonos en un bote salvavidas.
- Pero, capitán, aún hay mujeres a bordo...
- Si, hombre, p’a follar estoy yo ahora.

Hay un estallido brusco de carcajadas. Carcajadas interrumpidas por la irrupción de una enfermera, que sin decir palabra, empuja la cama de Albert con suavidad, sacándole de la habitación de la clínica.

24 de Septiembre de 2010

Respuestas y Preguntas


Reverencia. Esa es la palabra. Todo el mundo me está tratando como a un príncipe. No, que digo como a un príncipe, como a un puto Rey. Será porque en este país hay monarquía y están acostumbrados.

Primero el hotel que me han puesto. Una suite de esas que son un apartamento enorme. Más grande, mucho más que el local donde ensayamos con la banda, antes de las giras. Y de un lujo decadente, por otra parte. Raro que no me hubiesen mandado un avión privado a recogerme, visto lo visto, pero ha debido de faltar poco.

Me han dicho por teléfono desde recepción que tengo a una chica esperándome abajo. Hace ya horas. Va a llevarme de aquí para allá como a un niño pequeño. Sí, como si fuera un mocoso que necesitase una cuidadora. Eso no me hace mucha gracia. Vale que tengo la edad de Matusalén, bueno, no del todo, pero no es como para que se piensen que me pierdo como un tonto por las esquinas. Claro que ya sé que a mi lo que se me valora es encima del escenario. Es lo que hay.

La niña ésta es un encanto. Le da las direcciones al chofer, está todo el rato pendiente de mí, y del móvil, puesto que la llaman cada cinco minutos. Quizá cada tres, en las horas punta, esto es justo cuando llegamos o salimos de algún sitio. El día ha sido largo, pero éste es el último apeadero antes de volver al hotel. La tele.

Hemos llegado tarde. Como el programa es en directo, no hay tiempo de preparar la entrevista. Bueno, ellos lo llaman hablar sobre la entrevista. A mí me da igual. En realidad, así acabamos antes.

Me maquillan a toda leche y me llevan volando al plató donde me sientan directamente en un sofá mientras la presentadora está con otro tema. Ella es una rubia preciosa. Con ese rubio pajizo que te lleva a pensar que es rubio natural. Normalmente.

Meten un video y me indican que voy a entrar de la misma. La presentadora consulta unos papeles rápidamente. Entre hoja y hoja me dispara una sonrisa.

El video acaba, creo, porque la rubia empieza a hablar de mí. De que es un placer recibirme y todo eso. Sin saludarme me hace la siguiente pregunta:

- ¿Qué es para usted el blues?
- Un negocio.

La rubia muestra una sonrisa quebrada, mientras musita a media voz :”.. no me lo puedo creer”

- Sí, sí lo es. Lo afirmo sin ningún remordimiento.

La rubia vuelve a las hojas de su guión. Pero yo ya estoy fuera de él.

23 de Septiembre de 2010

jueves, 23 de septiembre de 2010

Expiación


¿Se considera esto terapia?

Paul enciende su zippo de gasolina. La llama ilumina desde abajo un billete amarillento, de 200 napos. Un par de segundos más tarde, la llama muerde una esquina del billete y empieza a trepar hacia arriba muy lentamente. Tanto es así que alguien apunta a que el papel del billete debe de tener algún tipo de retardante. Un minuto más tarde sólo quedan cenizas. Los chicos aúllan a la vez.

Otro, Otro Otro ….

Lo piden con el mismo entusiasmo con que se pide un bis al final de un concierto. Con la seguridad de que serán atendidos sin ninguna duda, porque la canción ya está preparada y porque el entusiasmo una vez iniciado no se detiene fácilmente.

Paul coge otro billete del montón y lo acerca a la llama del zippo que no ha apagado. Cambia de idea en el último momento y vuelve a poner el billete con los demás. Entonces toma todo el taco de billetes y lo coloca bajo la llama. Paul gira poco a poco el taco como un pollo para que coja fuego por igual. Entre tanto, los chicos se han vuelto locos y saltan y gritan poseídos. No sé como Paul va a poder tomar el control de nuevo.

¿Qué hemos quemado?, ¿qué? Señores….

Paul se ha subido a la mesa y sostiene en lo alto el encendedor con su llama. Los chicos se van calmando, o tal vez esperan a ver que va a pasar ahora. Paul cierra el zippo bruscamente. El clic metálico se oye como un disparo.

Hemos quemado papeles. Celulosa tintada. Aquel que piense otra cosa puede largarse. Ahora mismo.

Veo caras desconcertadas. El silencio es helador. Uno levanta la mano como para pedir la palabra, pero la baja de inmediato. Creo que se ha dado cuenta de que en una misa es poco correcto interrumpir al cura.

22 de Septiembre de 2010

martes, 21 de septiembre de 2010

Exploraciones


Mira ésta foto. Cuéntame que te dice.



Nada. Unos palos sobre el agua. Unos putos maderos sobre el agua. No veo nada. ¿Qué tenía que ver?




Hans me grita. Son dos gruñidos seguidos. La señal convenida para que le asegure. Hans espera que tenga la cuerda tensada mientras sube los 15 metros de desnivel hasta la reunión donde le espero. El paso es jodido. Hace dos minutos estaba yo ahí pasándolo mal, mientras Hans tensaba la cuerda cada pocos segundos, preparado por si me caía. Ahora es él el que lo está pasando mal. En el peor punto, resbala un par de veces sin consecuencias. Hasta la tercera que va la vencida y cae. Hans cuelga de la cuerda que he bloqueado a tiempo, después de golpearse un par de veces con la pared, no demasiado fuerte, así que espero que esté bien. Es lo primero que le pregunto. Dice que sí. Bueno, antes ha echado un par de maldiciones. Después se vuelve a sujetar a la pared y vuelve a intentarlo. No nos queda otra.



Cuatro horas más tarde estamos en la tienda, calentando el agua con el hornillo de gas. Mientras espero que hierva, le pregunto a Hans porqué escala. Es algo que nunca, nunca le he preguntado a un escalador, porque para un escalador es una obviedad. Pero no lo es en el caso de Hans. No tiene pinta de escalador, ni los pequeños hábitos automáticos que cualquiera reconocería. En lugar de eso, Hans tiene enormes cicatrices en su cara.



Me responde con rodeos. Primero dice que le gusta, para acabar confesando que no le gusta. Yo me encojo de hombros decidiendo que me da lo mismo. Empiezo a hablar de tías, mencionando a una de las excursionistas que habíamos visto por la mañana, al pie de la pared. Pero Hans no me hace caso y tiene pinta de estar pensando en algo. De pronto me dice que me lo va a contar todo. Hans me dice que viene de parte de un tal Ram , o algo así. Cuando le respondo que no sé de quién habla, él no me hace caso. Me dice que en la pared, mientras estaba colgado ha tenido una especie de revelación, por lo que puedo entender. Se remanga una de las perneras del pantalón y saca una funda de neopreno. De dentro de la funda saca una pistola pequeñita, muy plana, que yo no había visto ni en las películas. Se levanta, sale de la tienda y tira pistola y funda al vacío. Luego me dice que no se le ha caído ahora, sino antes, cuando se ha golpeado contra la pared. Me pregunta si le he entendido. Yo le respondo que sí. Ya no volveré a cruzar ninguna otra palabra con Hans.





¿Eso es lo que ves mirando ésta foto? Ya, tengo una mente terrenal, ¿no? Yo sólo veo unas maderas en el agua. Por más que mire del derecho o del revés. Igual es que no quiero ver nada. Igual..





21 de Septiembre de 2010

CIELO SUSURRANTE



Pongo música para escribir. No la pongo para correr, ni para soñar. Ni para escucharte.



Casi no pongo música, entonces. Porque estoy corriendo para escaparme de ti, y estoy muy despierta. Y no quiero escucharte más. Y escribo esto en silencio, para que lo oigas sin ningún eco, a pelo. Y si estás leyendo esto, ya sabes por qué.



Me detengo y vuelvo a leerlo en la ventanita del programa de e-mail. A veces es difícil continuar escribiendo. Otras no. Cuantas veces me han dicho lo cutre que es mandar una carta de despedida por Correo electrónico. No veo por qué. Lo cutre es despedirse. Sigo.



Y como sabes el por qué, y si no lo sabes imagina lo que quieras. No voy a desahogarme ahora, tranquilo. Eso es perder el tiempo. Bueno, tantas cosas son perder el tiempo. Pero ese no es el tema. Querrás saber si te odio, para que tú me puedas entonces odiarme tranquilamente. Mira, pues no lo he pensado. Todavía.



Ahora tengo que poner lo de que no quiero que me llame. Ni ahora, ni más adelante. Pero lo hará, estoy segura. Igual no para joderme, pero no va a poder evitarlo. Seguro. Le conozco demasiado. Creo.



No te voy a coger las llamadas, quedas advertido. Y borraré sin abrir los correos que me mandes. Así que por ahí tampoco. Y si se me ocurre alguna otra manera de que me contactes la bloquearé. No es que esté rabiosa. Es que no quiero volverme loca.





Eso es. Justo lo que quiero que sepa. Que es por mi bien. No creo que le importe un rábano, pero quedo como una señora. No me digas que no. Se me ha ocurrido sobre la marcha, y, joder, es buenísimo. ‘ No quiero volverme loca..’ ¿Cómo no se me había ocurrido antes?



Y mira, que sepas que a todos los efectos, hoy te has muerto. Ya sé que no, y no es que quiera que estés muerto. Pero para mí, así es. Adiós.



Ahora sólo queda pulsar la tecla de Enviar. La miro como si fuera la tecla que pone en marcha la Guerra Nuclear Mundial. Si tan claro lo tengo, no debería dudar ni un segundo. No es matar a miles de millones de personas. Sólo a una. Sólo a una. Sólo a una. Pulso enviar. Luego pienso que esto es una formalidad, en realidad. Y que un día se dará cuenta de que es de verdad. El día de su cumpleaños. Cuando no le llame.



20 de Septiembre de 2010

lunes, 20 de septiembre de 2010

Mi vida como una barrera


Sí, soy una barrera. Pero no una barrera corriente. No. Llevo decenas y decenas de años en mi puesto. En total más de 100 años. Como lo oyen.



Al pie del cañón. Bueno, mejor dicho del agua. Porque soy una barrera que está en la barquilla del Puente Colgante de Vizcaya. Mejor dicho somos dos, hermanas gemelas idénticas. Yo abro el paso en la orilla de Las Arenas y si la barquilla fuera una nave dirían que soy la de estribor. La del lado de babor, la que se abre cuando la barquilla está en Portugalete, me llama la pija. Por lo de que yo doy salida a los vehículos en la margen derecha, en la zona “rica”. Pero es una tontería. Ambas somos igualitas, cada una a cada lado de la barquilla. Una tontería, ya digo.



Un curro duro. Todos los días y todas las noches del año. Año tras año. Y casi diría que siglo tras siglo. Por lo menos uno. Pero lo que es, es aburrido. Cada 10 minutos te abren. Y dejas, primero salir a los coches, motos y bicis. Alguna vez alguna furgo. Y antaño camiones y autobuses. Eso, antes de que abrieran el megapuente de Rontegui. Desde que lo abrieron, pasan menos coches. Es un hecho, que no lo digo yo, ni la barrera que da a Portu. Antes, las colas para pasar podían ser de más de una hora de espera, con facilidad. Hoy somos una curiosidad. Un atractivo para el turismo. Cada vez veo más gente que me saca fotos en primer plano según llegamos a Las Arenas.



Claro que en estos más de 100 años, nos han hecho… unos liftings, claro está que la edad no perdona. Y no hablo de pintados cada poco para combatir el ambiente supersalino a tres metros sobre el agua de la Ría. No. Nos han ido cambiando a lo largo de los años. Coincidiendo con los cambios y modernizaciones de la barquilla.



Hace unos años, creo que seis o siete, nos hicieron automáticas. Como lo oyen. Ahora, el empleado del trasbordador da una orden por el micro de la radio y Portu (o yo) nos cerramos solas. Pero es que el resto de la barquilla, las puertas para los peatones, y demás van así. Creo que controladas por un ordenador. Y hay cámaras de video que espían todo. Antes, no. Nos tenían que cerrar empujándonos a mano. Y, luego bloquearnos con un pasador que era como el cierre de la puerta de una cárcel. Pero ahora, no tenemos cierre ni nada. El motor empuja cada hoja hasta que quedamos en línea con la barquilla y punto. Yo le digo a Portu que parecemos las puertas de un saloon del Oeste. Ella riendo me dice que sí.



Claro que nos habíamos acostumbrado a quedar así, lo que incluía hacer el viaje sobre la Ría con un meneo constante aunque limitado por unas ruedinas que nos pusieron con unos topecitos. Hasta que el otro día volvió a ocurrir. Por segunda vez, y me volvió a tocar a mí.



Era ya de noche. Un día entre semana. Estuvimos unos minutos esperando bajo la lluvia a que viniera algún coche. Y llegó un coche negro. Yo no estaba mirando, la verdad, y no sé si venía rápido o no pudo frenar. Para cuando me di cuenta mis hojas cedieron y el coche negro cayó limpiamente al agua. Yo quedé reventada, hacia afuera, pero salvé el pellejo. El chico que iba en el coche, creo que no.





[Dedicado a Mikel Uriarte R.I.P. http://www.elcorreo.com/vizcaya/v/20100918/vizcaya/familia-joven-murio-caer-20100918.html]



19 de Septiembre de 2010






















Nunca es mañana



Roger vuelve del puesto de las chuches. Contando las monedas que le han dado en el cambio. Un chiquillo calculador, el crío éste de las pelotas. Sus padres me lo endosan cada vez que tienen manifa, pero no voy yo a culparles. Fui yo el que les dije que se hicieran del sindicato.



- Abelo, ¿quieres ositos de gominolas?



Jodío enano, siempre se come la a de abuelo. Es igual, le quiero un huevo y me como el osito verde que me ofrece aunque la verdad es que me da un poco de asco. Roger vuelve a ponerse a la cola que hay para subir al tobogán y entonces noto que alguien me palmea la espalda. Me giro y veo que es Antonio. Sonriendo como de costumbre.



- Qué pasa , eh , con el nieto, eh ¿un sábado?.

- Los padres, que están en la manifa.



Antonio asiente de inmediato. No hace falta que le de más explicaciones. Nos entendemos a la primera después de tanto tiempo. Antonio mira un rato al crío y al hacerlo me doy cuenta de una cosa. Se me ha olvidado llamarle por su cumple. Fue ayer. Podría hacerme el despistado y no decir nada, que él seguro que lo entendería. Pero no, el hombre no se merece esto.



- Antonio, cojones , que fue ayer tu cumpleaños, ¿no?. Tengo la cabeza hecha un Cristo. Si no te veo ahora mismo ni me acuerdo.



Antonio con un solo gesto perdona el olvido. Sonríe y añade:



- Todos los años la misma putada. La de cumplir años. Ya sabes que ni lo celebro, ni nada de nada. Teníamos que hacer todos como JuanLuis.

- ¿Juanluis? , ¿qué es lo que hace ese pedazo de borrico?

- Pues no lo celebra. Mejor dicho, si le preguntas cuando hace los años, te dice que no tiene cumpleaños. Cuando alguno le está preguntando, ahí ya no le pregunta más. Se dirán que está pirao. A mí me cogió una vez por banda y me estuvo diciendo que si no tenía cumpleaños, pues que así no le contaban los años. Ya ves ..



Antonio y yo nos sonreímos. Pero levemente. Roger acaba de bajarse del tobogán y vuelve con nosotros.



- Antonio, el abelo decía ayer que era tu cumpleaños, que le recordase que te llamase ..



Antonio y yo, ahora sí nos partimos de risa.





17 de Septiembre de 2010


La Persistencia de la Memoria


Nico, ven!!! , atiende a estos señores, que yo no sé lo que quieren ..



La tienda está a media luz. Nico aparece rápidamente. Lleva una gorra de baseball y tejanos negros. Amanda le sonríe. Yo, también le sonrío y soy el que le hablo.



Estamos buscando un mortero. De plata. Para un regalo.



Ah, un mortero. No les había entendido al principio. Deja, Nico, que ya les atiendo yo.



El anciano desaparece detrás de unos biombos. La tienda parece más polvorienta a medida que la vista se pasea de un lugar a otro. Me sorprende ver al lado de unas muñecas de porcelana un Epi de peluche. Hay una colección de tazas de todo tipo sobre una mesa que se desparrama por todos los alrededores. Se oye un zumbido producido por el tic tac de docenas de relojes.



Que les parece éste..



El anciano lleva varios morteros en su regazo. Ninguno es de plata. Espero a que Amanda se lo haga notar, pero no dice nada. Tengo que improvisar algo rápido.



Media hora después abandonamos la tienda con dos abultadas bolsas. Cada uno. Nos miramos a la cara con esa expresión de culpa y de ‘no lo haremos nunca más’. Pero ambos sabemos que el arrepentimiento tiene una vida corta.



Hasta el día siguiente. Todo lo más.



15 de Septiembre de 2010

Póstumo



Me lo contaron en un viaje que hice a América. Del Norte, para ser más exactos. Que la gente de Maine, tenía por costumbre dar direcciones equivocadas cuando un forastero preguntaba por un sitio. A primera vista, dan ganas de ciscarse en la progenitora del oriundo de Maine. No me digan que no.





Pasada la ofuscación inicial, me sorprendí a mí mismo encontrarlo divertido. Es más se me ocurrió que podría buscar un cruce con dos posibles direcciones, esperar que apareciera un lugareño y preguntarle por un lugar. Y después de darle las gracias marchar por la dirección opuesta a la indicada, tratando de observar disimuladamente su reacción ...





Imaginad ahora que contáis esto visitando a un moribundo, en lugar de en una sobremesa con amigos de toda la vida. Imperdonable. El contexto, señores, lo es todo. Nunca lo olviden.





Bajé del estrado. Por llamar algo a esa mesa alargada donde el que está en medio está autorizado a llevar la palabra cantante. Y ése era yo.

Rápidamente me rodean diez personas en su mayoría sonrientes. Como se me acercan simultáneamente ninguna se decide a hablar primero. Pero ya sé lo que me van a decir.



Una hora después me encuentro en la mesa de un restaurante con varias de las personas de antes. Por supuesto, estoy invitado a la cena y al hotel. Y también al avión que tomaré mañana por la mañana. Y quien sabe a qué más esta misma noche.



Respondo como una máquina a muchas de las preguntas. Me las han hecho ya las suficientes veces como para que no tenga que pensar la contestación. Una de ellas me pregunta si lo de Maine es verdad. Dudo entre decirle que no, pero le contesto la verdad, que sí.



Y todo esto no me gusta demasiado. No, nada. Recuerdo cuando sólo tenía un lector.



O sólo había una historia.



El infinito.



11 de Septiembre de 2010

viernes, 10 de septiembre de 2010

La vida a veces ( y 3)


Me levanto a la hora de siempre. Me pongo la ropa de correr y salgo a trotar por el parque de al lado de casa. Tres cuartos de hora después, vuelvo a casa como siempre. Media hora más tarde me voy de casa como de costumbre.



Sólo que esta vez no cojo mi coche que está aparcado donde la cafeta y me acerco a la parada del bus. No conozco a ninguno de los que esperan. Espero que el sentimiento sea recíproco.



Después de un par de trasbordos me bajo en la parada de un polígono industrial. En un cercano parking veo la furgoneta que suelen utilizar los chicos.



Es lo último que recuerdo.



Ahora estoy en la cama de ésta habitación de hospital. O de clínica, que no sé muy bien en que se diferencian.



No puedo hablar porque tengo un tubo metido por la garganta. También noto cosas en los brazos y en más sitios del cuerpo. No sé que son porque no puedo moverme para verlas. Me extraña una cosa. No siento dolor. Apenas nada. Tampoco veo a nadie. La habitación parece vacía. Al de un rato el aburrimiento me hace cerrar los ojos y caigo en un extraño sueño como nunca he tenido.



Cuando vuelvo a abrir los ojos puedo ver más gente en la habitación. Dos tíos de frente y una chica de espaldas. No hace falta que ella se de la vuelta.



Su culo es inconfundible.



9 de Septiembre 2010

La vida a veces (2.5)


Y ahora parece que vamos a por una de espías con microcámaras y la pusha , que decían en Mafalda.



Parece que va a seguir con la tía ésta que parece una infiltrada de la poli. O de la mafia. Bueno es igual. Quiero decir que es lo mismo. La cosa es seguir. Y, la verdad que tengo como ganas de acabar este relato y empezar otro.



Total para lo que me paga éste Percival . Explotación infantil. Del talento infantil. Él sólo se ocupa de pegarlo en el Facebook, y tira millas.



Un día le tiro el lápiz a la cara y le escupo. Hala.



9 de Septiembre 2010

La vida a veces (2)


Me miro en el espejito que hay al lado de la caja registradora. Yo no fui la que lo puso ahí. Habrá sido alguna camarera avispada. Y hace años, porque está algo mugriento. Seguro que se descojonarían de ella por ir con alguna porquería en la cara sin darse cuenta. Pero sí, el espejito es útil. Veo mis ojitos verdes tan chulos. Los mismos que pocos tíos me miran directamente un rato largo. Ellos se lo pierden. O no.



Llevo aquí un par de semanas. No me fue difícil entrar. La recomendación que llevaba era muy potente. Pero mucho. Y de todas maneras, cuando el encargado me vio en persona creo que se le disiparon todas las dudas. Él mismo estuvo conmigo los primeros días enseñándome a poner copas, cosa que yo no había hecho nunca. La verdad es que el cambio estuvo muy bien, Encerrada todo el día en una oficina la verdad es que acabas como una leona enjaulada. Era lo que me decían a veces los compis. Supongo que tenían razón.



Lo que sí que me extraña de trabajar en la cafeta es que los días pasan muy rápidamente. No me lo esperaba así. Pensaba que estar viendo todo el rato a gente bebiendo, fumando, vamos, sin dar un palo al agua te tenía que dar unas ganas tremendas de acabar el currelo y largarte a casa.



Claro que éste no es mi verdadero currelo. Tengo varias caras grabadas a fuego en la memoria. Y, sí, a fuego. No se me olvida una cara. Sobre todo cuando te enseñan unas fotos y te explican quienes son los payos. Y hoy, esta noche, por fin he visto un par de ellas.



Están con otro más que no conozco en una mesa. No llaman la atención. Beben como todos, me miran el culo como todos. Sin embargo, no fuman. Eso impide que pueda usar mi mecherito. Estoy pensando en hacer una llamada cuando veo que otro pollo se une al grupo. Otra cara conocida. No hay duda.



Este si que fuma. Puedo tomarle un estupendo primer plano con la microcámara que llevo en el mechero.





9 Septiembre 2010

La vida a veces (1.5)


Ja, el primer comentario en toda la jeta . Bueno, la verdad es que es uno de esos comentarios ... como diría , .... , ¿espasmódicos? , de P.M. , o bueno , lo que sea . Eso sí, ha puesto un pulgarcito arriba o sea que la cosa no va demasiado mal. Digo.



Este relato es de los evidentes. Planteamiento nudo y resultado. Resultado no, que eso es del furbo. Desenlace, eso. Y, sí, hasta parece la típica peli americana del atraco perfecto. Pega un tufo que te cagas. A eso.



Pero, claro tu habilidad ( iba a poner, eso por lo que te pagan ..) es cambiar de registro en el último momento. Que eso mola mucho. Lo de que el lector ‘hembra’ (que decía Cortazar) se quedara con la boca abierta. Pos sí, pero llega un momento en el que hacer cosas ‘distintas’ pues puede ser aburrido, cierto es.



Veamos que es lo que tenemos por aquí. Una banda la noche anterior del crimen. Pocos personajes bien dibujados. La verdad, es que ninguno. Cualquiera podría ser un traidor, por ejemplo. El narrador creo que no, porque destruye pruebas. El jefe parece duro de cohone . El resto no se perfila. ... ¡ un momento! , la chavala. Puñetas , una tía así, tiene que dar mucho juego. Aunque sólo sea por el culo.



Y ya, ya sigo. Que esto es una perorata interna de esas de metaliteratura , y , todavía no soy el Vila-Matas ése.





9 Septiembre 2010

La vida a veces (1)


No quiero ningún papel danzando por ahí. ¿Me oyes, tú?



El cabrón del jefe nunca me llamaba por mi nombre. Cuando estaba contentillo llegaba, como mucho a un ‘artista’. Y, gracias. Hoy no era de esos días.



Y ya sabéis a que hora hemos quedado mañana. ¿ O hay alguno que no se ha enterado todavía…?



Un apagado coro de noes resuena por las paredes vacías del almacén. El jefe se gira y se va por la puerta del lateral sin despedirse. Lo habitual en él. Yo recojo los papeles de la mesa y me dirijo a una providencial trituradora de documentos que hay en una esquina. Antes de empezar a triturar, busco una bolsa de plástico donde meter las tiras de papel. En otra esquina encuentro una bastante grande que servirá.



¿Te vienes a tomar algo? Hemos quedado en la cafeta.



Hace siglos que no voy por la cafeta .Soltando un suspiro pequeño digo que si, que en cuanto acabe voy para allá. Me dicen que han quedado unos tres en ir, que el resto a su aire .Me dejan sólo y empiezo a triturar los documentos.



Diez minutos más tarde la bolsa está llena de tiras de papel de 2 milímetros de ancho. Con la bolsa a cuestas me dirijo a mi coche. Meto la bolsa en el maletero, arranco y me voy. A eso de unos cuatro kilómetros me meto por una salida que acaba en un camino forestal desierto. Aparco debajo de un árbol, saco la bolsa del maletero, y con ella a cuestas empiezo a andar por el camino. Cada pocos pasos cojo un puñado de tiras de papel de la bolsa, y las arrojo como si estuviera sembrando a voleo. Así hasta que se queda la bolsa vacía. Vuelvo sobre mis pasos hasta el coche. Arranco y me dirijo a la cafeta.



Mientras conduzco llamo a casa. Digo que llegaré tarde porque he tenido una avería con el coche y que ahora lo estamos llevando en la grúa. Cinco minutos después estoy aparcando muy cerca de la cafeta. Los chicos me esperan en una de las mesas del fondo. Las sillas son de esas curvilíneas de estilo viejísimo. Me encantan. Pido un cóctel tropical sin alcohol de nombre extraño. Los chicos están todos con cubatas.



Examino sus caras en silencio. Ninguno parece preocupado. Al contrario parecen más pendientes del culo de la camarera que me trae el cóctel. Normal, porque es prácticamente perfecto. Parece cómo si fuera en el sueldo. Saco un cigarrillo del paquete y la camarera me ofrece fuego con su mechero de gasofa. Cuando ella se va, los chicos silban admirados. Uno de ellos me pregunta si ya la conocía. Pero no me apetece seguirle la corriente. Tengo la cabeza en otra parte.



Antes de irnos le pregunto a la camarera si me puede pedir un taxi. Ella asiente con una sonrisa casi tan perfecta como su trasero. Me separo de los chicos en la puerta de la cafeta con un visible nerviosismo.



Y es que quedan menos de 12 horas para que demos el golpe.



8 de Septiembre 2010

Adivinanzas


¿ Cuantas veces tengo que repetirlo?. A Ud. Y a todos los que vienen por aquí. No sé ya más que hacer. Cualquier día doy en loca. Claro que eso seguro que les importa un pimiento morrón. Eso. Un pimiento morrón. Y no digo más para no ponerme grosera. Que una es una señora. Por si no se habían dado cuenta.



Mire. Es inútil todo lo que me diga. No es que no le oiga, no, que el médico me dice que oigo de maravilla. Es más, hasta soy capaz de leerle los labios. Que de pequeña, con una amiga mía, nos dio por aprender a hacerlo, y bien que nos enterábamos de todo. Así que fíjese si me entero de lo que me dice. Como si fuese agüita clara. Eso. Agüita clara.



Lo que no les voy a perdonar aunque viva cien años más, es que me digan que no les contesto como se merecen. Eso sí que no. Aquí se atiende a todo el mundo magníficamente. Vamos, lo que me faltaba por oír sería eso. Que yo no hago ningún tipo de distingos con nadie. Con nadie, se lo repito. Como si me viene alguien con tres cabezas y cuatro manos, que yo lo mismo que si me viene el sumsum corda. Igual.



Y es que es una cuestión de respeto. Y de educación, claro. Si no tenemos de ambas. Apaga y vámonos. A mí es cómo me enseñaron a ser, y así me he quedado. Si , al final, habrá que pedir perdón y todo ..



--- Sí, señora, sí …pero… ¿me puede poner una firmita aquí en la esquina de abajo? … es que me quedan todavía unos cuantos certificados por repartir ..



8 de Septiembre 2010

Respuestas


Amigo Vicente, no encontrarás nada mejor en tu vida. No, más todavía, te mueres y resucitas y sigues sin encontrar otro coche cómo este.



Doy vueltas alrededor de la carrocería. Me detengo y al trasluz veo unas aguas en el lateral trasero derecho. Intento disimular como puedo, pero no sé si él se habrá dado cuenta de que yo me he dado cuenta.



Lo que no puedes hacer es comparar este coche con el italiano ese que me dices. Vamos, eso es medir a dios con un gitano, con perdón del pobre gitano.



Me acerco al parabrisas. Mucho. Así puedo apreciar las pequeñísimas picadas en el cristal que surgen con el paso de muchas decenas de miles de kilómetros. Tal y cómo me imaginaba.



Te voy a abrir el capot. Mira, mira. Si se puede comer aquí encima. Pones una ensalada en la tapa de balancines y te la comes más tranquilo que la leche.



El motor está limpio. Lo han petroleado con una pistola a presión. En los bordes de las juntas se sigue apreciando la cantidad de grasa y mierda que ha tenido encima hasta hace nada.



Espera que te lo arranco para que lo oigas. Seda pura. Ya verás.



Se mete dentro y acciona el arranque. El motor emite una resonancia grave que recuerda el gorgoteo de un palomo. Cojo.



¿Qué, no te había dicho? . A gloria bendita. ¿Quieres que lo probemos?



Acepto con un gesto preciso. Se pone al volante y conduce a mi lado por una zona de polígonos industriales. Las continuas rotondas impiden circular con rapidez. Tras diez minutos de viaje, le pido que me deje conducirlo, antes de que me diga cuanto pide por el coche.



Me siento en el asiento del conductor. Extraigo mi automática del 9 largo . Con un gesto sencillo le indico que se baje. Y me largo con la mierda de coche .





8 Septiembre 2010

Humo


[‘Nada es más peligroso que un líder feliz’. Hoy, en una noticia cualquiera.]





Demasiado calor. Es lo que tiene el verano en Madrid. Y, todavía no se ha acabado. Que yo sepa.



- Encuentra el camino de salida al mañana.

- ¿Qué dices?



Ella se incorpora de medio lado y me mira. Inquisitiva. Su desnudez dulcifica un tanto su expresión. Pero no mucho.



- Nada. Cosas de prueba, ya sabes, para lo que escribo ..

- Pues la verdad es que no sé mucho de lo que haces.



Se levanta. Coge el paquete de la mesa del saloncito. Enciende un cigarrillo rubio y vuelve a la cama recogiendo de camino un cenicero con forma de flor.



- Hace ya bastante que no me mandas las cosas que haces por e-mail.



Vuelve a levantarse y abre la puerta de la terracita. El ruido de la calle Alcalá irrumpe en el apartamento. Parece un ruido de olas, continuo. Ella vuelve a la cama. Lentamente comienza a acariciarme el brazo derecho con el borde de sus uñas. Sin que nuestras pieles lleguen a contactar.



- ¿Me has oído, eh?- sus uñas se hunden más fuerte en mi brazo.

- Perfectamente. No estoy sordo. Y tú tampoco. Ya te he contestado antes.

- Pues cuéntame algo.

- Esta mañana he matado a una persona.



Me giro para observar su reacción. Ella aparta su mano. Sin más.



- ¿es para una nueva historia, verdad?- dice mientras apaga su cigarrillo en el cenicero con la mirada baja.

- En la vida es importante tomar la decisión correcta. Dicen. ¿No me preguntas cómo ha sido?

- No sé si me apetece ahora mismo..



Ella se levanta y se dirige al baño y entra en la ducha. Yo la sigo y me siento en la tapa del water. Cómodamente.



- Venía en el bus, en el 12. Había quedado contigo a las dos, pero sólo eran las 10 y cuarto. Desde el bus he visto como un coche, cambiando de carril a lo bestia, no ha tirado por el canto de un duro a un chico en moto. Cuando el chico se ha quejado, el tipo le ha mandado a tomar por culo y se ha escaqueado. Pero le he tomado la matrícula. Me he bajado del bus y me he sentado en un banco de la calle Maria Molina, casi en la Castellana. He sacado mi móvil y me he conectado a la red .He metido la matrícula en un par de webs que conozco. El coche estaba a nombre de una empresa. En su web he visto que tenían una oficina en Martínez Campos, a 20 minutos andando. En la recepción he preguntado por el sr. Diaz Mendez . Como esperaba, la chica me ha dicho que no había nadie trabajando allí con ese nombre. Yo le he dicho que igual me he confundido de apellido que el que yo buscaba usaba un coche de tal modelo y tal color. Y, entonces ella me ha dado el nombre real del tipo, y que no estaba en la oficina en ese momento. Pero no le he esperado y me he ido. En la calle he vuelto a llamar desde una cabina a la empresa, preguntando directamente por el tipo. Me han desviado la llamada a su móvil. Y le he contado una milonga para quedar con él en una cafetería del centro. Le he dicho que lo mejor sería que aparcase en el parking del Eroski de Manuel Silvela .Ya te imaginarás el resto. He estado esperando delante del parking hasta que he visto que ha llegado su coche. Cuando ha aparcado he entrado por la puerta del pasajero. Un par de minutos después me he ido. No ha sido tan difícil .. ¿No crees?.



El ruido de la ducha se detiene. Ella sale y coge una toalla del colgador. Mientras se seca despacio me dice:



- ¿Qué decías? Con el ruido de la ducha apenas te he escuchado nada.





7 Septiembre 2010

Hablando con la pared


Eres un estúpido. Qué manera de meter la pata, diox. Nunca te das cuenta, jodel . Leer entre líneas. Leer entre líneas. Si quieres te lo repito otra vez. Pero es igual, te embalas y te crees que la película es cómo tú crees. Y, no, pero tranqui, que al final ya te darás cuenta.



Lo que pasa es que eres un descreído. Te crees que todos son igual de hijoputas que los hijoputas que has conocido. Y no se puede andar así por la vida. No sin volverte loco. Que ya te lo advirtió Isa, ¿te acuerdas?, ¿eh?



Pues sí, ahora sólo falta que me recuerdes a ésa. Mira, no me quiero poner desagradable. O no más de lo necesario. Además, esto es entre tú y yo. O entre yo y tú, que es lo mismo.



Te rilas a la mínima. No quieres oír las verdades y ahí estás, escribiendo historietas que no se cree ni su madre. Que te piensas que estás escribiendo la versión compacta de… , de … de lo que sea. Yo creo que hasta te lo estás creyendo y todo, tío.



Y, dale. Todo el rato vienes a decir que estoy perdiendo la chaveta. Que me alejo de la realidad. Pero, qué leche de realidad ni que ocho cuartos .. Anda que, no es viejuno ni nada esto de los ocho cuartos…



Se te ve el plumero a la mínima. Hasta tú das cuenta. Y te falta mano izquierda. Mucha. Te crees que no, pero pasas mucho de la gente. Y, claro que se dan cuenta, claro que se dan.



Mira, que te den. Voy a hacer algo de provecho. A bajar la basura.



6 de Septiembre de 2010

Advertencias sobre la muerte (y 4 )


Después de andar poco más de 100 metros por el arcén, a la altura del Cosmo Caixa, encuentro aceras peatonales. Creo que voy en la buena dirección, pero por si acaso, le pregunto a un jubilado que está con un perrillo. El tipo me da unas indicaciones perfectas. Ganas me dan de darle un abrazo, o al menos una palmada en la espalda, pero no quiero asustar al vejete.



Seguro que Albert estará llamando a Clara en estos momentos. Seguro. Siempre le cayó bien. Si a ‘caer’, le damos un significado amplio, claro. La verdad es que me da igual. Clara es una persona tóxica. Para mí lo ha sido. Supongo que con el resto se comportará igual que conmigo. Porque iba a ser distinto.





Giro hacia la derecha para subir hacia el Carrer de Carles Ribas. Supongo que Clara quiere presentarse hoy, pero llama antes para ver cómo está el patio. Albert le dirá que venga si quiere, por supuesto, así que luego lo más seguro es que nos veamos las caras.



Veo como el taxi con Albert dentro sube por el Carrer. Albert va a llegar un rato antes. Mejor.



El calor me ahoga en las cuestas. Intento que mi cara no lo refleje. Me miro en los cristales de las casas a ver que pinta tengo. Mi madre le decía lo de los bombones a Albert , y a mí, que siempre estaba espiando los espejos. Decía, ‘espiando’, a propósito, para que pareciera algo interesante mi manía. A mí me fastidiaba de todos modos.



Ya sólo quedan unos metros para el número 10 .Veo la puerta del Tanatorio Sant Gervasi . Ya he llegado. Dentro nos espera la tía Andrea. Por última vez.



6 Septiembre 2010

advertencias sobre la muerte (3)


El tráfico esta mañana está especialmente denso en BCN. En la ronda Dalt estamos casi atrapados, avanzando como tortugas. Estoy a punto de pedirle al taxista que intente ir por otro lado, pero, la verdad es que no sé si vale la pena. Y, afortunadamente, vamos bastante sobrados de tiempo.



Suena mi móvil. Lo extraigo de la carterita que tengo a mi lado.



- Mamá solía decir, que tocabas las cosas cómo si siempre estuvieras desenvolviendo un bombón. Y, sí, tenía razón, Albert. Mira como sacas el móvil..

- Es Clara.

- Cuelga.

- Oye, algún día tendrás que hablar con ella, tenéis cosas pendientes que..

- Se me había olvidado que eras abogado, Albert .. cada vez tengo peor memoria. Cuelga el teléfono.

- Tu verás …



En lugar de colgar, toco la tecla de volumen, lo que silencia la llamada. No me gusta rechazar las llamadas. Supongo que Clara lo entenderá. A lo lejos se divisan las luces de emergencia de una ambulancia.



- ¿Alberto..?

- Dime.

- ¿Está todo arreglado ya, o tenemos que firmar alguna cosa, o algo?

- Yo creo que sí …

- Vale.



Veo como aprovecha como el taxi se detiene en el atasco para abrir la puerta de su lado. Se baja rápidamente, y sin decir nada echa a caminar por el arcén. Compruebo que se dirige hacia la Uni Ramón Llull . El taxista se vuelve hacia mí. Yo con un gesto le digo ‘no pasa nada’. Saco el móvil de nuevo y pulso una tecla.



- ¿ Clara..? Oye, perdona, no te podía atender antes. Dime.





6 de Septiembre 2010

Advertencias sobre la muerte (2)


Cómo de costumbre, no me ha cogido el teléfono. Y el móvil lo tiene desconectado, claro. Puedo llamar a Albert y decirle que me ponga con él. Que sé que están juntos ahora mismo. Pero, no, mejor no le meto en canciones al bueno de Albert. Igual luego, más tarde, le doy un toque.



El tío este todavía está en la cama. No sé si decirle que me voy a comprar el pan, o dejarle durmiendo. Igual se está haciendo el dormido, porque le gusta que le miren mientras está desnudo. Qué cabrito. Seguro que sí.



En la calle me cruzo con la tipa aquélla, la de la fiesta con los boys. Me suele echar unas miraditas de cuidado. Yo, cómo si nada. De hecho, casi no me acuerdo de lo que pasó. Todo por hacerle caso a la lianta de Paula, eso sí.



Qué bien, mira quién está en la caja de la tienda. No sé cómo se llama. Me come viva con los ojos. De lo más exagerado. Pero no dice ni mu. Bueno, lo de los buenos días, el cambio, adiós y todo eso. Pero no se atreve a más. De momento.



No sé si llamar a Albert , ahora desde la calle, o esperar un poco más. Lo malo es que no sé que voy a hablar con Albert si él no quiere ponerse al teléfono. Quedaría como una puta perra apaleada. Bueno.. la verdad es que quien no se ha sentido así alguna vez. Quién.





6 Septiembre 2010


Advertencias sobre la muerte (1)



Hoy es un día azul claro. Así es cómo mamá llamaba así a los días. Según le parecía a ella. Gris oscuro. Templado y plateado. Rojo caliente. No sabíamos muy bien cómo podía decirlo, puesto que mamá era ciega de nacimiento. Pero nadie tuvo nunca el valor de preguntárselo. Nunca.



De niños, mis hermanos y yo nos escapábamos siempre que podíamos con mi tía Andrea, la hermana de mi madre. Andrea nos llevaba al zoológico, a la playa de la Barceloneta, a Montjuic, a recorrer las Ramblas arriba y abajo, o a pasar la tarde subiendo con la merienda a Park Güell . Lo pasábamos de maravilla con mi tía, que era un puro torbellino de alegría, y que además a mí siempre me parecía muy guapa. La tía Andrea nunca se casó.



Espero a que llegue el coche. Ahora ya soy capaz de subirme a uno. Aunque todavía no las tengo todas conmigo. Me ayuda meter la mano dentro del bolsillo del pantalón y apretar con fuerza el reloj que era de mi padre. No sé por qué, pero funciona. Ya, apenas me mareo.



Suena el teléfono. Miro en la pantallita quién es. Es Clara. Sonrío levemente. Esta vez ha utilizado su propio número, en lugar de ocultarlo. Pero no cojo la llamada. Espero a que salte el contestador. A continuación, borro el mensaje que ha dejado. Y apago mi móvil mientras bajo a la calle.



El taxista acaba de llegar. La combinación de amarillo y negro siempre me ha parecido cómica. Abro la amarilla puerta y entro. En la parte trasera, Albert me hace un hueco. No me dice nada. El taxista me da los buenos días. Se los devuelvo y el coche arranca.





6 Septiembre 2010

F.N.R (*)


Suena el despertador. No, mentira, no es el despertador. Es el móvil que nunca apago con la alarma programada. Me levanto y me vuelvo a sentar en la cama. Este es un momento decisivo, como ya veréis. O , no.



Tres minutos más tarde me dirijo al baño. Doce después, salgo y levanto las persianas de toda la casa. La luz despeja las últimas sombras de la noche. Estamos en fin de semana y la calle está silenciosa. Aprovecho para asomarme un rato por el balcón de la terraza .El sol me da de lleno. Hasta eso del mediodía calentará la terraza. Pero ahora es muy suave y se está muy bien.



Tengo ganas de escuchar algo de música. Me viene a la cabeza un viejo tema de Golden Earring , Radar Love . Lo busco en el IPoD mientras pienso en si no me desconcentrará demasiado. Aún dudando, pulso el play mientras me encasqueto los auris de tapón. La casa se transforma con el ritmo sincopado: “cuando ella está solita y la espera es ya demasiado te manda un cable que llega desde lo alto, no necesita teléfono para nada, tenemos una cosa que se llama Radar Love , tenemos una onda en el espacio , Radar Love …”



La música me quita el hambre, pero de todas maneras me como un yogur con los últimos compases de la canción. Y, ahora, se acabaron las bromas. Lo primero es lo primero. A veces, es difícil entender como algunas cosas, manías que las llamarían muchos, se apoderan de tu vida. Y yo llevo ya varios meses con esto.



Por rutina enciendo el ordenador. De reojo, veo que hay nuevos mensajes pendientes. Pero, no los hago caso. Estoy sacando una libreta de anillas, tamaño folio, hojas cuadriculadas y muy grueso. De amarillentas tapas. Acaricio un montón de hojas manuscritas. Las voy pasando hasta que llego a la primera hoja en blanco, donde me detengo.



Tomo un bolígrafo Pilot de punta fina. Anoto la fecha, noche del 3 al 4 de septiembre de 2010. Y, después, continúo: “Me encuentro en una habitación vacía, pero que recuerda la casa de Ana, sólo que es mucho más grande. Al de poco me doy cuenta de que la habitación está llena de objetos que no reconozco. Oigo voces en el cuarto de al lado, y yo sin saber por qué, me escondo…”



(*) Flight Night Record = Registro de Vuelos Nocturnos



4 septiembre 2010

Las Lágrimas de Imelda Marcos


No hacía más que descansar buena parte de sus 100 kilos sobre mi hombro . Y sobre mi espalda , también . Lo que había engordado éste hombre . Lo sé porque una vez me estuvo enseñando fotos de su época de corresponsal , y era un palillo . Un palillo con barba , eso sí . Ahora estaba barbilampiño , pero pesaba un cojón .



No me había soltado en toda la tarde , y ahora , ya pasadas las 10 de la noche , seguía buscando bares . Bares "molones " , decía él . Eso quería decir , que tenian que tener pinta antigua , astrosa y decadente . Pero , ojo , que no le servían los irlandeses esos de nuevo cuño , que a mí me gustaban sobre todo porque siempre estaban repletos de tías buenas , no , no , decía 'están hechos de puto plástico , son una jodida imitación de mierda ..' . Y seguía así hasta que nos largábamos , buscando otro antro oscuro . Que solíamos encontrar .



Así que ahí estábamos otra vez en un bareto asquerosito , con parroquianos de un estilo . Y , eso , parroquianos . A primera vista no se divisaba parroquiana alguna . Se lo comenté , con fastidio .



- Ah , chaval , .., claro ,, tú todavía no estás hasta las pelotas .. claro . Mira , hasta soy comprensivo . Por hoy . Pero tienes razón , aquí sólo hay desgraciados .



Tomó su cubata de ron , le pegó un viaje rápido y prosiguió .



- Hoy te tomas un descansito , que viene bien dejar de fornicar por una noche . Te lo digo yo - y añadió un guiño , claramente de cachondeo , claro .



- Si, tú seguro que sabes - respondí pegándole un sorbo a mi caña .



- Oyes , que yo he sido un fiera . Pero , bah , que te voy a contar a tí . Para qué . ¡ Y ya te llegará la hora , ya !



- Qué coño de hora ..¿ la de largarse o qué ? - respondí mirando hacia mi muñeca , hacia mi reloj .



- Este garito me recuerda a uno . De cuando estuvimos en Hawái . ¿ ya sabes que lleva acento en la 2ª A ? . Bueno , es igual si no, lo miras en el Google de los cojones . Cuando estuvimos allá no había ni google ni Internet , ni leches . Todo a base de teletipo y tal . Y maquinita - sus dedos simularon tocar un teclado invisible - de escribir . Y las copias , con el puto papel carbón que siempre te ensuciaba las manos . Poco , pero te ensuciaba . Un rollo del copón claro si lo comparas con lo de ahora : Copiar y Pegar , copiar y pegar ...



Se detuvo un instante para darle otro viaje al cubata y siguió con la perorata .



- Eso si que era periodismo . A pelo, chaval ,a pelo . Joder , lo que te tenias que buscar la vida ... . Y lo que te callabas , que de eso también había . Ahora , un menda pilla una mierda y enseguida la pone en un palo a ondearla a los cuatro vientos . Uy , antes .. había que andarse con cuidado . Cuando estuvimos en Hawái nos pasó una buena , buena .. Pero tuvimos que callarnos , y no decir ni mú . Yo iba con Sebastián , el fotero , y pudo sacar fotos , que el tío siempre llevaba encima la Nikon F y no perdía ocasión . Pero nos quitaron los carretes , y sin ellos , la historia no valía un pimiento ..



Le dió un trago al cubata que dejo el vaso seco . Pidió otro al barman con un gesto . El barman no le hizo ni puto caso .



- Fué en el 89 , creo . Estábamos allá para cubrir el palmamiento de Ferdinand Marcos . Y el tío la palmó , como un campeón . Sebas y yo fuimos al rollo de los actos y declaraciones , y al funeral y todo eso . Total , que después , a la noche , nos fuimos al barrio chino de Honolulu . Bueno allí no le llamaban barrio chino , pero para entendernos . Pues no habiamos dado ni un par de vueltas calle arriba y calle abajo , cuando en un callejón , oímos un jaleo . Por curiosidad , y por comprobar si la escandalera era peligrosa , Sebas y yo nos acercamos con cuidadito . Y oye , que nos quedamos con los ojos a cuadros . Había unos cuantos chavales medio en pelotas corriendo por la calle . Y alguien le estaba tirando zapatos de mujer , pero , a montones . Era como de risa , pero cuando Sebas y yo nos acercamos más , vimos que la persona que lanzaba los zapatos de mujer , era otra mujer . ¡¡ La propia Imelda Marcos !! . Allí , toda furiosa , la tía , venga tirar zapatos que sacaba de una bolsa enorme .. Sebas no perdió el tiempo y sacó unas cuantas fotos , sin flash , aprovechando la mierda de luz que había . Pero , ya te digo , los americanos llegaron a toda leche y no nos pudimos escabullir , ni esconder los carretes , ni nada . Una pena ..



Dicho lo cual , se queda parado , se gira hacia mí , y poco a poco empieza a reirse . A carcajadas .





3 Septiembre 2010

Inspiración


Miras al reloj y ves cómo se aproxima la hora . Más deprisa de lo que te gustaría . Pero ya es demasiado tarde para hacer otra cosa .



Todavía dos horas y cuarto , de todos modos . Quiza pueda hacer un último cambio de planes . Ja , eso me gustaría , sí . Pero no hemos llegado hasta aquí ,así como el que no quiere la cosa .



Así es .Es el engranaje de una máquina , o mejor dicho una parte de ella . Mira , acabo de darme cuenta de que es como una mujer . Se dice que es 'la máquina' y no 'el máquina' . Porque ya podria ser como una mujer . No sé , digo que sería distinto .



No puede ser . Ya ha pasado una hora entera , y sólo he estado mirando la tele .Será por eso . Ahora sólo queda poco más de una hora . Un fastidio .



Lo malo es estar aquí sólo rumiando la espera . Una vez leí que los enfermos de cáncer que estaban ya deshauciados , solían dedicarse a pescar . Porque así , el tiempo que les quedaba se les hacía más largo . Y yo pensaba que , puede que sí , pero que seguro que se aburrian de todos modos , ¿no? . La pesca es muy aburrida . Todo el mundo lo sabe .



Dios mío , pero si sólo queda media hora . No sé porque le dije a Lydia que no viniera . Ella insistió mucho . Que si tenía permiso , que si tal y que si cual . Pero le dije que no , y punto . Y ahora me estoy arrepintiendo . Seguro que me ponía la cabeza cómo una zambomba , si ,pero igual me quitaba los nervios . Y es que , encima , no me dejan tomar nada . Nada de nada . Como si un copazo me iba a dejar impedido o algo .



Nada , no queda nada . Apenas 10 minutos piojosos . Entre que me levanto y me arreglo el uniforme y plis y plas y ya estarán dándome un toque a la puerta . Seguro .



¿ No te decía ? . Aquí están , todos maqueaditos para la ocasión . Eso sí , los muy cabritos evitan mirarme a la cara . Todos , menos el Jefe de día , pero es que ya sólo faltaba eso . Cojo mi portafolios . Que no sirve para nada . Sólo para dar algo de empaque . Después de todo , para apretar un botón no hace falta mucho invento ..





3 Septiembre 2010

Tac Tac Tac


¿ qué es eso que se oye ? Parece una gotera ... no , espera , es un sonido más metálico que el que producen las gotas al caer sobre una superficie , que es más como gloup , gloup . Este es más tac , tac , tac .



No puedo abrir los ojos para mirar . Es como si estuviese dormido tan fuertemente que el sueño me hubiese sellado los párpados .¿ No os ha pasado nunca ? , ¿ a que es muy angustioso ? . Pero lo que no recuerdo es que estuviese durmiendo en mi cama . Como que ahora no creo que sea de noche . Y hace frío .



A ver , hagamos memoria . Bueno , es difícil concentrarse con ese maldito ruido , que además parece que se está acelerando . O igual son imaginaciones mías . Mi abuela siempre decía que siempre estaba inventando cosas , bobadas decía . Y a veces , me daba un capón , o sonreía , según .



Repito , intenta hacer memoria . Oye , yo , ya lo intento pero estoy como bloqueado , hago lo que puedo intentando nadar entre la negrura de los recuerdos recientes , pero chico, es que no sale nada .



Vale , esta cabeza mía no me va a servir de nada . Veamos que puede hacer el cuerpo . Vaya , parece que tengo la pierna izquierda totalmente inmóvil . Intento moverla , pero nada . La derecha si que la muevo algo , pero parece como si rozara contra algo , y tampoco vale para mucho . Los brazos si puedo moverlos , y , ah , estoy tumbado pero con la cabeza mucho más alta que los pies .



Todo esto es muy raro . Oye , si que hay sueños muy reales , ¿no? . A mí me ha pasado unas cuantas veces , no muchas , cierto , soñar una historia tan real que tocas a alguien , te tocan a tí , y notas lo mismo , pero lo mismito que en la realidad . Y luego te despiertas , y estás confundido horas y horas , cómo no sabiendo que es de verdad y que no .



Pero esto no tiene esa pinta . Me temo . El tac tac , yo juraría que ahora va un poco más despacio , un pelín . Se me ocurre cronometarlo con mi reloj , pero nada . Sigo sin poder abrir los ojos .



Espera ... hay algo nuevo . Un olor . No estaba notando ningún olor , y mira que yo soy de los de ir olfateando todo lo que pillo . Pero ahora sí , me llega un olor químico . Yo diría que ... como a benzeno o algo así .



Y , entonces , como un fogonazo , me doy cuenta de que el olor de benzeno proviene del aditivo que ponen a algunas gasolinas . De que la gasolina proviene del coche de mi hermana , que odia los coches de gasoil . Que no me hace gracia conducir el coche de mi hermana porque por dentro lo tiene de mierda hasta arriba , y porque lo cuida muy poco , pero que se lo pedí después de llevar el mío al taller . Y que se lo pedí para llevar a Laura a la fiesta en el chalet de la montaña de Albert , al que se va por esa carretera tan retorcida . Y que después de llevar a Laura otra vez a su casa , yo me volvía al chalet a seguir la fiesta o lo que fuera , recorriendo de nuevo la carretera tan retorcida .



Y que lo que tengo encima de la pierna es el coche de mi hermana . El Tac tac tac , es el sonido del escape , que se enfría poco a poco .



2 Septiembre 2010

Brilla el mañana


Acabo de ver a la hija de Puri . Bueno , la he visto , la he visto ,,, me lo ha tenido que decir Amparo . ' Esta chica

es la de Puri ' . Madre del Amor Hemoso , que hubiese dicho mi madre . Una tiarrona que me sacaba la cabeza con

una melenaza , toda pintada , aunque bastante bien , eso sí , poco exagerada . Creo que no la veía desde que hizo la

Primera Comunión , o por ahí . Lo primero que me ha salido es preguntarle la edad , pero me he callado a tiempo .

Para qué . ,



Todavía no se me quita de la cabeza lo del padre de Antonio . Oyes , que de un día para otro se ha ido . Como si

hubieras apagado la luz , lo mismito . Y con la salud que tenía ese hombre . Veías a otros de su quinta por ahí , todo

doblados , pensando que tienen un pie más aquí que allí , y míralos , que van a ir a su funeral . Que es mañana , y a

ver si no se me olvida , que últimamente se me pasa cada una , que si me lo cuentan no me lo creo .



Uy y mañana que tengo médico . La verdad es que ya no sé que pensar . Tengo el hombro igual , o peor . Y venga antinflamatorios , venga . Un día me dijo Amparo que había escuchado a una doctora decir en la tele , que el Voltarén te podía llevar al otro barrio . Vamos , que había una pequeña posibilidad de palmarla . Lo que faltaba . Encima que no te mejora , va y te mata . Cojonudo . Eso sí , es una solución , que diría la Amparo , la muy perra .





Pero vamos , que no me voy a quejar mucho , pues total , sólo tengo lo del hombro y los sofocones de noche . Y ,mira que creo que la Amparo , por lo que me cuenta las pasa putas por la noche , pero que malamente . Creo que Paco ya está hasta los mismísimos . Que también se calienta , pero por la boca , y los gritos los oye toda la comunidad .Claro que esto no me lo ha dicho la Amparo , sino una vecina muy cotilla que tiene . De esas que nunca nunca faltan .



A mí el que últimamente me da la noche es Mario . Toda la vida cuidándole ,mimándole y de todo , y te quieres creer que , no es que ya no te lo agradezca , sino que es cómo si todo eso nunca hubiera pasado . Ten hijos para ésto . Y no le digas , por ejemplo , la de veces que le has cambiado los pañales , que te miran con una cara de vaca que p'a qué . Y eso si no empiezan con lo de pesada , pesada . Eso lo usa más si se me ocurre mentarle algo de la novieta ésa que tiene , la de las rastas . Yo ya no digo nada . Pero me preocupo todavía más .



Y , hala , que mañana será otro día , cómo dice todo el mundo . Siempre que te despiertes .



30 Agosto 2010
 
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