viernes, 10 de septiembre de 2010

Humo


[‘Nada es más peligroso que un líder feliz’. Hoy, en una noticia cualquiera.]





Demasiado calor. Es lo que tiene el verano en Madrid. Y, todavía no se ha acabado. Que yo sepa.



- Encuentra el camino de salida al mañana.

- ¿Qué dices?



Ella se incorpora de medio lado y me mira. Inquisitiva. Su desnudez dulcifica un tanto su expresión. Pero no mucho.



- Nada. Cosas de prueba, ya sabes, para lo que escribo ..

- Pues la verdad es que no sé mucho de lo que haces.



Se levanta. Coge el paquete de la mesa del saloncito. Enciende un cigarrillo rubio y vuelve a la cama recogiendo de camino un cenicero con forma de flor.



- Hace ya bastante que no me mandas las cosas que haces por e-mail.



Vuelve a levantarse y abre la puerta de la terracita. El ruido de la calle Alcalá irrumpe en el apartamento. Parece un ruido de olas, continuo. Ella vuelve a la cama. Lentamente comienza a acariciarme el brazo derecho con el borde de sus uñas. Sin que nuestras pieles lleguen a contactar.



- ¿Me has oído, eh?- sus uñas se hunden más fuerte en mi brazo.

- Perfectamente. No estoy sordo. Y tú tampoco. Ya te he contestado antes.

- Pues cuéntame algo.

- Esta mañana he matado a una persona.



Me giro para observar su reacción. Ella aparta su mano. Sin más.



- ¿es para una nueva historia, verdad?- dice mientras apaga su cigarrillo en el cenicero con la mirada baja.

- En la vida es importante tomar la decisión correcta. Dicen. ¿No me preguntas cómo ha sido?

- No sé si me apetece ahora mismo..



Ella se levanta y se dirige al baño y entra en la ducha. Yo la sigo y me siento en la tapa del water. Cómodamente.



- Venía en el bus, en el 12. Había quedado contigo a las dos, pero sólo eran las 10 y cuarto. Desde el bus he visto como un coche, cambiando de carril a lo bestia, no ha tirado por el canto de un duro a un chico en moto. Cuando el chico se ha quejado, el tipo le ha mandado a tomar por culo y se ha escaqueado. Pero le he tomado la matrícula. Me he bajado del bus y me he sentado en un banco de la calle Maria Molina, casi en la Castellana. He sacado mi móvil y me he conectado a la red .He metido la matrícula en un par de webs que conozco. El coche estaba a nombre de una empresa. En su web he visto que tenían una oficina en Martínez Campos, a 20 minutos andando. En la recepción he preguntado por el sr. Diaz Mendez . Como esperaba, la chica me ha dicho que no había nadie trabajando allí con ese nombre. Yo le he dicho que igual me he confundido de apellido que el que yo buscaba usaba un coche de tal modelo y tal color. Y, entonces ella me ha dado el nombre real del tipo, y que no estaba en la oficina en ese momento. Pero no le he esperado y me he ido. En la calle he vuelto a llamar desde una cabina a la empresa, preguntando directamente por el tipo. Me han desviado la llamada a su móvil. Y le he contado una milonga para quedar con él en una cafetería del centro. Le he dicho que lo mejor sería que aparcase en el parking del Eroski de Manuel Silvela .Ya te imaginarás el resto. He estado esperando delante del parking hasta que he visto que ha llegado su coche. Cuando ha aparcado he entrado por la puerta del pasajero. Un par de minutos después me he ido. No ha sido tan difícil .. ¿No crees?.



El ruido de la ducha se detiene. Ella sale y coge una toalla del colgador. Mientras se seca despacio me dice:



- ¿Qué decías? Con el ruido de la ducha apenas te he escuchado nada.





7 Septiembre 2010

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