sábado, 21 de agosto de 2010
Agua Oceánica . Rescate
ABRIL , 1945
Hace 6 días que recibimos la orden de llegarnos a Danzig . Una misión nada gloriosa , esta vez . Tenemos que ocuparnos de una manada de críos . Y digo manada , porque son veinte o treinta , de entre 10 y 14 años . Hay que evacuarlos a Wanermunde . A todos . No sé donde vamos a colocarlos , pero es que la situación allá es bastante mala ...
Hace ya un par de horas que hemos avistado la costa de Danzig . Ahora estamos cerca del muelle convenido con el mando donde nos espera la crialada . Motores a marcha lenta . Hago que casi toda la tripulación del barco suba a cubierta , para que no parezca un buque fantasma que les va a llevar al infierno . Es lo que yo pensaría si tuviera doce , y un extraño buque fuera a recogerme en un día helador como éste.
En el muelle hay un montón de chicos , todos varones . No parecen muy aseados, pero qué pueden reprocharles un montón de barbudos submarinistas ...
Varios adultos , supongo que voluntarios les acompañan . La cosa va a ser rápida . Hola y adiós . Le digo a mi segundo , que una vez embarquen los chavales y sus petates , verifique que alguien les da la documentación identificativa de cada gañán , y nos largamos inmediatamente .
Nada más atracar , saludo al jefe de la comitiva , un señor de mirada triste .Sus gestos , más que sus palabras , parecen decirme ' pues esto es todo lo que hay ... ' . Lo que hay , es un grupo de boquiabiertos preadolescentes , que casi no se pueden creer que van a hacer un viaje en submarino . Alguno pregunta a mis hombres si vamos a sumergirnos todo el viaje .
Le hago un gesto a Gert , mezcla de giro de ojos y de manos , que quiere decir que en cuanto esté todo listo que nos vamos, y me meto dentro del barco ,como queriéndome escapar del bullicio .
Llego hasta mi litera , y casi nada más sentarme en ella , oigo unos gritos en cubierta . Uno de los chicos , por el tono de voz. Me parece que voy a tener que salir a ver que ocurre .
Afuera me encuentro una curiosa escena : Uno de los chicos , intenta subir una bicicleta de adulto a bordo . Esta vez , soy yo el que se queda boquiabierto .
En mi papel de jefe supremo le pregunto a Gert , y no al chico , que qué hace con la bici . Gert contesta que el niño intenta llevársela consigo . Esta vez , me dirijo al chico :
- ' Hijo ( aunque nunca pudiera haberlo sido) , no podemos llevarla , no cabe por la escotilla . Míralo tu mismo ... '
El crío es testarudo . Ni siquiera mira a la escotilla de carga de la cocina . Sólo insiste en que es todo lo que tiene . Pienso si el vehículo habrá pertenecido a su padre, a su hermano ... Entonces decido seguirle la corriente .
. – 'A ver , de acuerdo , te la llevas contigo , pero no entra dentro , ...., como no la atemos al cañón ,.... , eso sí , se va a mojar , ¡¡ mucho !!'
El cabezota contesta que no le importa . Me encojo de hombros , y le digo a Gert que la sujete como pueda a la batería antiaérea . No dejo de pensar en la estampa que va a ofrecer el barco , completamente surrealista .
Gert se da cuenta de un detalle . Si nos sumergimos ( que tendremos que hacerlo ) , las ruedas infladas van a ser un problema ... . Gert le pide al chico , pues no se atreve a hacerlo él mismo , que desinfle las ruedas .
Pero , nuevo problema . El chico no tiene inflador , y luego en Wanermunde , no podría inflarlas . Nosotros si tenemos aire comprimido , a toneladas , en el barco , pero no tenemos un adaptador para la diminuta válvula Presta de las ruedas de la bici . Me vuelvo a encoger de hombros , pero el chico parece satisfecho .
Dos días después llegamos al puerto de acogida de los chavales . Ha sido tiempo suficiente para que los chicos nos pasen piojos . Casi toda la tripulación ha sido parasitada .
Pero todavía queda un efecto dramático más . Hemos tenido que sumergirnos profundamente tres veces durante la travesía, al avistar aviones aliados . Ello nos ha salvado la vida a todos , pero la presión ha hecho reventar las ruedas de la bici . Hemos llegado a puerto vivos , pero el chaval, al ver su bici se echa a llorar .
Amargamente .
Noviembre 2004
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario