miércoles, 17 de noviembre de 2010

Hueco




Piensas que no eres nadie. La realidad te lo corrobora. Pero sigues vivo. Te ves en los espejos, luego no eres un vampiro. Nada fantasmal. Te pinchas y sale una gotita de sangre. A veces quieres exprimir tu cabeza para que salga algo fantástico. Y sólo obtienes esto.

Quieres que se oiga tu voz, pero luego te da vergüenza. Y sientes un cosquilleo, no sabes decir muy bien dónde, pero ahí está. Dando vueltas y vueltas, tan difícil de definir que luego lo olvidas. Como si no hubiera existido.

Y luego está tu mirada, que imaginas que atraviesa a cualquiera. Y tan dura que deshace voluntades, congela movimientos. O sólo lo pretende, en un vano intento.

Los ojos de los demás apenas te ven. Llega la noche y después los sueños.

Y después la nada.

17 de Noviembre de 2010

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