martes, 2 de noviembre de 2010

SUCIO (1)



Tuvimos que salir por patas. Fran tiene tocada una costilla. Rafa cojea que no veas. El Chino parece que está bien, pero he visto como le metían unas hostias de campeonato en la barriga. Yo tengo una oreja medio reventada, creo. Hemos tenido suerte.

Leo lo de arriba en un cuaderno que acabo de encontrar en el trastero. Una especie de diario. Digo especie, porque no va por días. Cuenta cosas sin poner fechas. A punto estuve de tirarlo. Ahora estoy sentado en el suelo leyendo. Con cierto asco.

El Chino se piró con la rubia. Nos caímos de culo todos. Hasta la Rosa decía que la estábamos engañando. Pero ésta es medio subnormal, los días que está con la berza, sobre todo. Rafa lo aclaraba a lo sencillo: el Chino le había hecho creer a la tipa que era un camello, y había colado. Menudo cabroncete. Ahora nos va a tener que pasar a todos, jeje…

Paso unas hojas y veo que alguien, con una letra que no es la mía, escribe sobre la Tere. Me lo salto rápidamente. No se me ocurre quien ha podido escribir eso, salvo la propia Tere. Claro que tuvo que ser antes de que la palmara. Claro.


Mi viejo está en el hospi. Le ha caído encima una tolva en el curro. No sé cómo no la ha diñado en el momento. Los medicuchos no dicen gran cosa. Por eso me parece que lo tiene mal. Que si no estarían más dicharacheros. Han venido a verlo unos del sindicato que no les conozco. Hablan conmigo como si fueran colegas de toda la vida. Y tampoco es eso. Me parece.

Me llama mi hija. Salgo del trastero con el cuaderno debajo del brazo.


2 de Noviembre de 2010

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