domingo, 3 de octubre de 2010

Vida Inteligente en el Universo



La creatividad es directamente proporcional a la infelicidad. En cuanto eres feliz, aunque sólo sea un poco, se acaba la vaca lechera.

Teresa se revuelve inquieta en su asiento. He tenido que arrastrarla a la conferencia. Básicamente dice que no le interesa el tema, pero yo lo que le oí decir es que no le gusta. Y, claro tiene que hacer algo que lo demuestre. Empieza poco a poco. En breve me dirá que si nos vamos.

No hace falta que les hablé de los grandes artistas que vivieron en un casi permanente sufrimiento. El más citado es Van Gogh.

Observo a los asistentes. Algunos de ellos, por la edad, estoy seguro de que han oído lo mismo al menos en cuatro ocasiones. Sin embargo, ponen cara de absortos. En la terrible revelación de que sin dolor no hay gloria. Y de que cuando llega la gloria, el placer entonces es que te destruye. O acaba contigo, o con tu trabajo, que viene a ser lo mismo. ¿Por qué lo están escuchando de nuevo? Pienso en si lo olvidan adrede. Para volver a la juventud. Una y otra vez.

[ Oye, …., ¿nos vamos?]

La primera vez bastará con poner una cara seria. Sin decir nada, ojo. Si dices no, o ‘espera un poco’ la has fastidiado. En cambio, el silencio te da unos minutos de tregua. Pero no muchos.

Se necesita destrucción para la vida


Se me ilumina una bombillita en mi cráneo. Agarro de la muñeca a Teresa y la saco de la sala. Teresa ha puesto un gesto de extrañeza que ha ido cambiando a una franca sonrisa al llegar a la calle. En la acera de enfrente le suelto de la mano. Y le digo que adiós.

Para siempre.

Y parto en solitario en busca de la gloria.

3 de Octubre de 2010

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